veintitrés.

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Trataba de controlar la velocidad de su automóvil para evitar multas. Su pecho latía extrañamente impaciente, mientras un dolor y temor desconocido se instalaba allí.

Después de aquel encuentro con ese hombre del cuál no conocía ni el nombre, pudo tener la que sería la mayor y única señal del paradero de Jeon Jungkook y su madre, esto debido a que no contestaba ni mensajes, ni llamadas, ni absolutamente ninguna vía de comunicación.

Estaba nervioso.

Ya estaba oscureciendo y debido a las muchísimas luces que abarcaban la ciudad, pudo distinguir el gran letrero del hospital al que según él, y aquel hombre, podía ser su única ubicación de referencia.

Se estacionó y tan rápido como lo hizo, bajó. Realmente no le gustaba mucho el ambiente que emanaban los hospitales, no le hacía mucho bien si juntaba su latente inquietud con esa extraña aura.

Fue hasta el gran escritorio, donde una chica tecleaba en el computador y otra arreglaba papeles. Pudo escuchar llantos a lo lejos, y no quiso voltear cuando una camilla iba entrando con personas alrededor en un estado de impaciencia y temor absoluto, tanto enfermeros como personas ajenas, buscando con fervor un doctor.

Trató de hablar con alguna de aquellas mujeres, llamó algo inquieto a la del computador.

-Eh... Necesito saber si las personas que busco están aquí.- La señorita asintió, y Taehyung con más insistencia que antes, le dijo sus nombres.

-Oh, entraron esta tarde. La señora Yang Mi está en una sala del siguiente piso. Aunque, no puedo darle autorización para pasar así como así.- Taehyung suspiró, necesitaba saber la situación.

-S-señorita... ¿Puedo encontrar café en algún lugar?- Sus sentidos se enfocaron en analizar aquella dulce voz que preguntaba a la segunda mujer del escritorio por café. Era Jeon Jungkook.

Su Jeon Jungkook.

Volteó rápidamente y lo ubicó, con la misma ropa de la mañana y luciendo algo cansado. Miles de cuestionamientos entraron a su cabeza como balas.

-¿Jungkook?- La oscura mirada se dirigió a su persona, con algo de brillo y confusión añadida.

-¿H-hyung...?- Y como acción inmediata, Jungkook no pudo contener aquellas ganas de abrazarlo.- ¡Hyung!

Taehyung sólo pudo dirigir alguno de sus delgados brazos a su espalda, para acariciarle. Jungkook mantenía su rostro entre su cuello, mientras sus inminentes brazos le rodeaban, prácticamente la mitad de su cuerpo.

-Yo... Hyung, perdón por irme de la empresa. Es que tuve problemas y mi mamá, y yo...- Taehyung rodeó con sus manos su carita, ya que esos gestos de querer llorar, y el sonidito que causaba al sorber su nariz, pudo más consigo mismo de lo que imaginaba.

Jungkook no le había explicado nada, sólo lo ayudó a autorizarle su estancia en la sala de su mamá y después se encontraba sin decir una palabra junto al relajado rostro de Yang Mi en aquella camilla.

-Debo ir a tomar aire...- Jungkook se levantó de aquella pequeña silla.- Cuide a mi madre un momento, ¿sí, Hyung?- Taehyung asintió y pudo observar la figura del azabache salir de allí.

Se acercó más, como si examinar el rostro ajeno le pudiera dar la respuesta a todo este enrollo.

Se asustó cuando se escuchó el sonido de un bostezo y se dio cuenta que la mujer estaba despertando. Con pereza, vio como estiraba sus brazos y miró alrededor.

Suspiró.

-Oh, yerno. ¿Qué haces aquí, querido? -Taehyung sonrió, explicándole después que Jungkook no contestaba, su preocupación y su confusión actual de la situación.- ¿Así que Jungkook no te ha dicho nada, eh? Bueno, lo entiendo en una parte.

-¿Por qué está aquí?- La señora sonrió.

-Hm... Esta tarde llamé a Jungkook. Tenía algunos dolores, y es que tengo la presión arterial alta. Temí que fueran síntomas de un futuro ataque cardíaco, por eso quise venir a checarme. Al final los doctores me dijeron que no estaba en peligro, y que fueron algunas cosas que no entendí del todo. El punto es que estoy bien.- rió.-El problema es que el padre de Jungkook apareció de la nada, y comenzó a decir estupideces y a tirar botellas de alcohol. Así que me puse peor y Jungkook vino preocupado, peleó con su padre... Ah, todo un lío.- Taehyung la escuchó atentamente.

-¿Puedo ayudar en algo?, ¿Jungkook se puso muy triste, cierto?- La mujer asintió acompañada de un suspiro.

-Él... Su padre no estuvo cuando más lo necesitó. Yo prácticamente fui la única señal de amor y cariño que tuvo durante su infancia y juventud. Él me ve como su cielo, como su mundo. Tiene un miedo enorme de que algo me pase, por eso se enojó tanto con su padre que incluso quiso pegarle. Algo totalmente ajeno a Jungkook, algo que él nunca haría. Él es un sol, Taehyung.- Taehyung asintió a cada palabra, tomando la mano de la mujer.

-Yo estaré allí para Jungkook en todo momento. Lo prometo, señora. Lo amo como no tiene idea.- Yang Mi sonrió enormemente, le hacía tan feliz saber eso.

-Ah, voy a llorar. Ya, ve un momento con él, ¿sí?- El castaño asintió con una sonrisa.

Con ayuda de indicaciones de enfermeras llegó hasta el balcón más cercano, vio la espalda de Jungkook recargado en el borde con el café en mano.

Pasó por la puerta transparente, sintiendo una corriente de frío chocar contra sí. El ambiente estaba fresco, y la visión de la ciudad era inmensa.

-¿Hyung?- Sin decir nada, se colocó a lado del azabache. Respirando profundamente con la vista perdida entre las tantas luces que iluminaban la ciudad aquella noche. - Perdón por no contestar el teléfono, se quedó sin batería.- El castaño asintió.

-Jungkook... ¿Tú sabes que siempre contarás conmigo, verdad? Que te amo demasiado. ¿Lo tienes en cuenta, cierto?- El azabache sonrojó.

-Lo hago, Hyung.- El castaño sonrió.- S-sabe que yo siento lo mismo. G-gracias... Gracias por estar aquí.- Taehyung tomó la mano contraria sin despegar su vista del paisaje. Jungkook suspiró, entrelazando sus dedos y acariciando con su pulgar alguno de aquellos falanges.

-Tu mamá despertó hace un rato, ella está bien.- De la nada, escuchó como el azabache comenzaba a llorar.

-Y-yo... Hyung, yo tengo mucho miedo a perderla. Es todo para mí, lo es.- Taehyung profundizó el agarre.

- Está bien, Jungkookie. Cualquier cosa que pase, siempre estaré para ti. No te dejaré, ¿de acuerdo?- Jungkook asintió, sin poder contenerse a tomar de la cintura a su Hyung y hundirse en un profundo abrazo.

-Está dentro de las personas más importantes para mí, Hyung. Lo amo demasiado y no sabría qué hacer si se va, por favor, cumpla su promesa- Y Taehyung asintió, asintió tantas veces sin poder contener sus lágrimas. Dándose cuenta de lo importante que podía llegar a ser Jungkook para él.

Porque sí, Jungkook realmente era el Sol en su vida. No tenía idea cuando había pasado aquello pero tenía muy en claro que no creía poder vivir sin él.

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baStA soY rE cuRsI yO.

my secretary jeon ⊹  ⎙ tkWhere stories live. Discover now