Capitulo 7♥

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Presente

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Hinata abrió los ojos lentamente y se encontró en un lugar que no era el habitual cuando se despertaba, pero bastaron unos cuantos segundos para que recordase donde estaba y el motivo que la había llevado allí. También bastaron pocos segundos para que la historia de Naruto y Mei regresase a sus recuerdos y una oleada de ira volvió a llamear en sus ojos, si tan solo supiese donde estaba la víbora de Sarā...

Se desperezó y fue en ese momento cuando se dio cuenta de la ausencia de Sakura a su lado en el colchón. Se levantó con los ojos todavía entrecerrados, al cansancio del largo viaje tenía que sumar la larga conversación con su mejor amiga y el quedarse dormida llorando, la noche se le había hecho corta y todavía necesitaba más horas de descanso. Pero su responsabilidad sobre Bolt se lo impedía, así que se dio una rápida ducha y bajó las escaleras para saber qué era lo que le deparaba ese nuevo día.

La casa estaba casi en absoluto silencio, solo se oía que alguien estaba trasteando en la cocina con ollas y sartenes. Asomó la nariz y vio a Sakura peleándose con una sartén intentando hacer huevos revueltos, o lo que intentaba ser huevos revueltos pero era un amasijo verdosa con textura de esponja. Hinata rió entre dientes y Sakura le dedicó una mirada amenazante entre sus ojos verdes entrecerrados.

- Si crees que la gran chef Hinata lo haría mejor no sé a qué estás esperando para hacerlo tú -masculló con voz amenazante.

Hinata le dio un leve empujón y comenzó ella misma a hacer el desayuno mientras Sakura se sentaba frente a ella en un taburete y la observaba en silencio.

- Pensé que dormirías hasta más tarde -dijo casualmente.

Hinata apartó la mirada de los huevos y le dedicó una sonrisa a su amiga.

- Estoy acostumbrada a madrugar... Bolt siempre se levanta temprano -explicó encogiéndose de hombros-, por cierto... ¿dónde está? -preguntó con el ceño fruncido.

- El abuelo Hiashi se está ocupando de él... no te preocupes -dijo Sakura entre risas.

Después de acabar de hacer los huevos, Hinata dejó los trastes a un lado y salió a al jardín de donde provenían algunas risas.

- ¡Pum, pum, pum! -gritaba Bolt entre risas - ¡te he dado, te he dado!

- ¡Arg! -se quejó Hiashi - ¡Me has disparado!

Bolt estalló en carcajadas y Hinata apuró el paso para ver lo que sucedía. Se encontró a Hiashi tumbado sobre el césped y Bolt sentado a horcajadas en su cintura apuntándolo con un arma de juguete. El corazón de Hinata se le encogió en el pecho y sintió como las lágrimas comenzaban a escocer en sus ojos.

Por un momento se sintió culpable por haberles robado lo que estaban compartiendo, la relación abuelo-nieto se veía tan tierna en ellos. Hinata nunca se había imaginado a su padre en esa situación, quizás fuese porque no había tenido un niño si no una niña con la que compartir todo esos juegos de "machotes". Hinata, aunque no fuese una niña normal, prefería un buen libro o una buena película que rebozarse en el césped jugando a batallas imaginarias.

- Hola Hinata -dijo Hiashi al ver a su hija observándolos desde la ventana de la cocina.

- Buenos días papá, hola campeón -sonrió al saludar a Bolt.

- ¡Mami! -gritó el niño entusiasmado corriendo a sus brazos- el abuelo Hiashi me ha comprado una pitola, mira como pitolé al abuelo haciendo ¡pum, pum!

Hinata miró a su padre y sonrió con timidez.

- ¿Le has dado las gracias al abuelo? -preguntó en un susurro.

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