Capitulo 13♥

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19 de abril de 2013;

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- ¿Has pensado en cambiar de apartamento? -preguntó Kiba metiéndose un bocado de comida en la boca.

Hinata tragó lo que estaba masticando con dificultad y miro a su amigo directamente a los ojos.

- ¿Qué quieres decir con eso? -preguntó en u murmullo.

- Puedes buscar algo más grande y más cerca de la oficina -contestó él encogiéndose de hombros.

- También algo más caro -dijo de modo evidente- no puedo permitirme gastar demasiado, un bebé es muy caro de mantener y no quiero que al mío le falta de nada.

Kiba hizo como si no la hubiese escuchado y continuó comiendo su ensalada, Hinata lo miró unos segundos con el ceño fruncido pero después comenzó a comer de nuevo.

Unos cuantos minutos después salieron del restaurante y Kiba la condujo hacia su coche, Hinata entró titubeante y Kiba solo susurró un "confía en mí" que a Hinata la puso más nerviosa de lo que la tranquilizó. Cuando Kiba estacionó en uno de los barrios contiguos a la oficina donde estaba la sede de Construcciones Abueame, Hinata frunció el ceño preocupada.

- ¿A dónde vamos Kiba? -preguntó con voz firme.

- Calla... eres tan impaciente... -susurró alzando la mirada de modo dramático.

Kiba entró en uno de los edificios, no era ni demasiado lujoso ni demasiado simple, un edificio donde podría vivir cualquier familia de economía media, no sobresalía entre el resto, algo con lo que Hinata se sintió tranquila. Kiba la condujo hasta un ascensor y después de abrirse las puertas de uno de los últimos pisos la condujo hacia una puerta de madera.

- Kiba... ¿qué esto? -preguntó con voz trémula.

- Nada de lo que debas preocuparte -sonrió él.

Abrió la puerta y la hizo pasar, enseguida su nariz fue golpeada por un fuerte olor a pintura y a muebles nuevos, lo que quería decir que el lugar había sido reformado recientemente, eso solo hizo que Hinata se pusiese más nerviosa. Él le fue mostrando el apartamento habitación por habitación, Hinata estaba cada vez más nerviosa y enfadada, no entendía porque Kiba le estaba haciendo eso, ya la había ayudado suficiente, le había dado trabajo, había pagado la consulta del médico y sus medicinas, y lo más importante, la acompañaba casi a diario haciendo que su día a día fuese más llevadero.

- Kiba... -dijo con voz trémula una vez más.

Él, que en ese momento ya había comenzado a descifrar sus expresiones, acortó al poca distancia que los separaba y se fundió con ella en un abrazo. Ella comenzó a llorar contra su pecho, ya que Kiba era mucho más alto que ella, y todavía continuaba creciendo.

- Tonta, no llores... -susurró él sonriendo y secando sus lágrimas- este apartamento está siempre vacío, es la herencia de mi abuelo y yo nunca lo uso. Pensé que tú podrías sacarle provecho.

Hinata comenzó a negar frenéticamente con la cabeza.

- No puedo Kiba, ya has hecho demasiado por mí.

- La que me está haciendo un favor en esta ocasión eres tú a mí. Esto estaba lleno de telas de araña y polvo, tú lo mantendrás cuidado y a la vez tendrás un techo decente y estarás cerca del trabajo -concluyó con una sonrisa.

- Pero yo no podría pagar el alquiler de un apartamento como este -dijo ella con un nudo en la garganta.

Kiba no le hizo caso, solo la sujetó de la mano y la arrastró hacia la única habitación que no le había mostrado. Con una sonrisa deslumbrante abrió la puerta y Hinata tuvo que contener el aliento. Frente a ella se desplegaba una habitación perfecta, fue lo único que pudo pensar al verla.

Vendo RecuerdosWhere stories live. Discover now