OO: introducción

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一¿Qué es esto? ¿Árabe?一mi amiga toma mi brazo e inspecciona mi muñeca, donde estaba escrito el nombre de mi supuesta alma gemela.

Intento apartar mi brazo, avergonzada. 一¿De qué sirve tener un alma gemela si ni siquiera sé qué maldito idioma es este?

一Tch, ¡tú sí tienes mala suerte! Por fin aparece esa marca y resulta que vive al otro lado del mundo, ¡jajaja!一pretende ser graciosa y levanta la manga de su camisa一. El mío es de aquí, de Noruega.

Suspiré frustrada y oculté mi rostro entre mis manos, humillada por tener tan puñetera mala suerte. Para la edad de diecisiete, todos mis compañeros del salón ya tenían el nombre de sus almas gemelas escritas en sus muñecas. Ahora que estamos por cumplir dieciocho, es que le da por aparecer el nombre de mi destinado. Siempre soy la última. Soy lo que las personas llaman flor tardía.

一¿Ya buscaste todos los idiomas que existen? ¿Qué acaso no son como cien o algo así?一preguntó mi otra compañera, sentándose sobre el escritorio de mi pupitre como si fuera el suyo.

一Agnes, son alrededor de siete mil一Tove le corrige, soltando una corta risa y luego se dirige a mí, apoyando su mano en mi hombro一¿Quieres que te ayudemos? Eso que tienes en tu muñeca tiene que ser un idioma en este mundo, sí o sí.

一El mío sí era de otro país más lejos, de Brasil. Pero no podré viajar allá hasta que nos graduemos一Agnes agrega para consolarme.

一Gracias, chicas, pero creo que prefiero morir sola, cuidando de gatos一es mi respuesta comédica, aunque en el fondo, muy en el fondo, tenía la esperanza de que ese fuera mi destino.

Pensándolo mejor, no.

一Buenos días, busquen sus puestos一llegó el profesor y todos mis compañeros hicieron caso al instante.

((🌠))


一Agnes y yo vamos a ir al mall, ¿no vienes con nosotras?一mis dos amigas sonrieron, esperando a mi respuesta.

一No, chicas. Recuerden que estoy castigada一tengo resentimiento al recordar ese detalle. Hubiera sido una buena salida de viernes por la tarde.

一Tus padres no se van a dar cuenta一insiste Agnes, ansiosamente.

Pensándolo mejor, no tengo ganas. Lo que tengo es sueño. 一Paso esta vuelta.

一Hasta el lunes, pues一se despiden, yéndose por su lado.

Les dirijo un simple gesto de despedida con las manos y me siento a esperar en la parada de bus.

La calle estaba inusualmente desolada, al igual que mi alrededor que se veía vacío. Solo escuchaba el canto de las aves escondidas entre los árboles, la luz del sol de plena tarde encandilándome por el resplandor.

Suspiro al darme cuenta de que esta espera por el bus será larga y aburrida. Cuando estaba a punto de sacar el celular para revisar mis mensajes, me percato de que hay una persona acercándose a la misma parada en la que estoy yo, sosteniendo un mapa y viéndose claramente perdido.

¿Será un turista?

一Esto...¿necesita ayuda?

El chico parece no escucharme y decido ignorarlo. Segundos después, noto una sombra asomándose encima y cuando miro arriba es él, quien pregunta一: ¿Puede ayudarme?

Es en serio, enante se lo pregunté.

Tiene un muy pesado acento en su noruego, el cual de por sí sonaba medio entrecortado, como si el idioma no lo hubiera practicado lo suficiente.

一¿Qué busca?一dije un poco más suave para que me entendiera bien.

一¿Dónde queda el instituto Videle? Llevo toda la mañana buscándolo一confiesa, mostrando un rostro de cansancio.

Sé que esto no me debería causar gracia, pero es que es algo estúpido esta situación. Irónicamente, la escuela que está buscando está justamente a unos cuarenta metros de la estación en la que estamos.

一Está diagonalmente del banco que se puede ver desde aquí一intento decir sin que mi risa me delatara.

一Pff, ¡qué estupidez, casi lo encuentro!一sonríe y cierra el mapa que estaba sosteniendo一Muchas gracias, eh.

Y así sin más, se va.

Tan pronto llegué a casa, seguí buscando qué idioma podría ser lo que tengo escrito en mi muñeca, pero no hay resultados. Estos símbolos son tan extraños que parecía un idioma alienígena.



LLUVIA EN SATURNOWhere stories live. Discover now