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La sala se encontraba alumbrada únicamente por la luz de la televisión, y solo el sonido de la película que estaba en emisión se lograba escuchar. Frente, sentado sobre el sofá mientras abrazaba sus piernas, se encontraba Jimin. En realidad, no estaba prestándole mucha atención, sino que se encontraba sumergido en sus pensamientos.
Tal vez se había apresurado un poco, o tal vez no. Lo único que sabía es que tomó la decisión correcta y que, probablemente, era mejor a que la hubiese tomado más tarde.
Yoongi siempre había sido uno de los que adivinaba sus pensamientos, siempre sabía cuando el omega se encontraba mal o cuando estaba feliz. Siempre lograba adivinar su estado emocional y lo que quería decirle. También recordaba que era uno de los que más le escuchaba. Habían cosas que solo podía hablarlas con Taehyung; otras con Jungkook, o incluso otras con los demás. Sin embargo, Yoongi era el único que escuchaba atentamente lo que quería decirle y no pronunciaba ninguna palabra. Los demás, como Seokjin, Hoseok o Namjoon, trataban de darle algún consejo o de intentar alivianarlos, mientras que los otros dos menores, no le comprendían tanto.

Por eso cuando Jimin solo quería que alguien lo escuche, acudía a Yoongi.

Tenían una unión de hermano mayor y menor muy fuerte en ese tiempo. Claro, Jimin no sabía para nada que el chico tenía otro tipo de cariño hacia él. Aunque ni Yoongi sabía muy bien lo que sentía, solo lo supo en el momento en el que Jimin ya no estuvo en su vida.

Finalmente luego de unos minutos, decidió no darle más vueltas al asunto y apagar la televisión de una vez.
Ya estaba seguro de lo que sentía por Jungkook y que eso no iba a cambiar. Por eso era mejor dejar las cosas claras con Yoongi.

Suspiró y se levantó del sofá, pero de inmediato unos brazos lo apresaron por detrás y lo inmovilizaron contra el sofá, asustando enseguida al más bajo.

— Arriba las manos compadre, vengo a robarte el corazón. Soy un criminal muy peligroso— sintió la grave voz de su amigo susurrarle sobre su oreja.

— ¡Taehyung!— exclamó molesto Jimin, quien enseguida comenzó a carcajear mientras su corazón aligeraba la aceleración de sus latidos por el susto.

— Perdón, ¿te asusté? Pensé que habías sentido mi olor y que no te asustarías— lo soltó y se alejó.

Jimin volteó a ver molesto, mientras que Taehyung le devolvía la mirada con una juguetona e inocente sonrisa.

— Pareces un cachorrito enojado— dijo divertido, y rió ante el gruñido que soltó el omega—. ¡Lo siento!

Jimin le ignoró y fingió estar molesto mientras se enderezaba nuevamente. Sin embargo, pronto sintió otro olor acercándose.

Casi dos segundos después, alguien tocó la puerta, por lo que Jimin abrió los ojos sorprendidos; mientras que Taehyung iba a abrir la puerta, sin entender porqué las mejillas del más bajo se estaban poniendo rojas tan de repente. Cuando se asomó para ver de quién se trataba, comprendió todo.

— ¿Está Jimin?— preguntó cuando la puerta se abrió.

Taehyung alzó una ceja—. Que triste que las veces que vengas acá, solo sea por Jimin— fingió tristeza.

— Y si, ¿por qué vendría sino?

— No lo sé, tal vez para jugar con tu amigo o pasar algo de momento con tus hyungs— dijo indignado, por lo que ahora el pelinegro levantó una ceja divertido.

Mochi ❀Kookmin omegaverse Where stories live. Discover now