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Dos semanas de cuidados muy delicados fueron necesarios para que la herida de Harry sanase, quedando una marca rosácea que ante movimientos extremadamente rudos podía causar dolor, abrirse nuevamente.

Louis pidió una reducción en su tiempo laboral mientras Harry se recuperase (no lo necesitaba, pero él omega era persistente y no quedó de otra más que desistir, aceptando lo que pedía) parado justo en frente del que pudo haber sido su esposo. Estuvo al tanto de lo sucedido, sin embargo, el cariño intrafamiliar era algo que respetaba y optó por darle a Louis lo que quería con tal de que no lo dejase un tiempo en la cárcel.

"Louis, no necesito que hagas estas cosas por mí, puedo hacerlo solo, no me duele mucho" decía mientras era curada su herida. "Debes trabajar y no soy una carga, lo sabes".

"No me importa, eres mi alfa y si deseo cuidarte no puedes decirme que no" exclama por duodécima vez ese día. "Así que cállate y déjame curarte la herida".

Después de ese día, Harry entendió que Louis no sentía los cuidados como una obligación, no, él lo hacía agradecido del rescate y a eso sumado que le amaba. Le amaba...

Que bien se sentía en su paladar poder saborear esas palabras.

"Harry, hay algo que quería decirte".

Ese día, cuando Harry estaba recuperado, bañado y se esmeraba en preparar la cena, un muy serio omega entró por el umbral de la cocina y se cruzó de brazos. Se le notaba pálido y una dolorosa expresión de temor adornaba sus hermosos orbes.

"¿Qué sucede?" le pregunta acercándose y tomándole por la cadera, brindando un beso fogoso.

"¡No!" se separa rápidamente. "He vomitado, Harry, no me lave los dientes".

Que gran día para que ese mismo día una tubería se rompiera impidiendo desde la mañana el acceso al agua para ducharse, jalar del retrete y demás necesidades básicas. Mentiría si dijera que no se hallaba estresado.

"Oh, con razón sabes mal" dice riéndose, pero para alivio de Louis éste no se queja. "¿Qué querías decirme?"

Sentándolo en el comedor, suspira pesadamente y decide dejarse de rodeos. Debía ser valiente y firme.

"Harry, estoy embarazado".

Esas palabras fueron como una bomba nuclear que cayó directo en el pecho de Harry.

Una devastadora bomba de colores, estupefacción y felicidad.

Su reacción fue como Louis lo esperaba, no hubo arrepentimientos en su mirada cuando se lanzó hacia él y le dio el abrazo más pasional de su vida entre besos y sollozos sorpresivos.

Un hombre que deseaba ser padre.

Un hombre que sabía que tendría muy pronto en sus brazos a una pequeña persona fruto de su amor, hecho con sus genes y a su imagen y semejanza, se volvía un hombre pleno, feliz, satisfecho con la vida.

Harry empezaba a estar conforme con la vida. Sentía que por fin hacía las cosas bien.

Los vomitos se hicieron rutinarios y agotaban a Louis como si hubiese corrido una maratón al final del día. Cuando reposaban juntos en la cama caliente del calor corporal del mayor, desnudos y abrazados, Harry acariciaba lentamente la cabeza y estómago de Louis intercalando el lugar de sus caricias recibiendo ronroneos de puro gusto.

No entendía como Louis podía hacerle sentir tan embobado, enamorado y caliente al mismo tiempo. Era posesivo, no podía negarlo, y cuando lo jodia duro y con amor mediante besos, todo su aroma bañaba el cuerpo del hombre debajo suyo en un acto de marcar su territorio.

So baby tell me yes (and i'll give you everything)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora