• D É C I M O S E X T O •

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~Siete integrantes y un perro.~

8 de noviembre.

Seok-Jin y Nam-Joon luego de leer la carta quedaron sin aliento, ambos cerraron aquel largo papel dejándolo sobre el escritorio sin saber qué hacer, no sabían como comenzar a hablar o entablar una conversación. Estaban impactados, sorprendidos.

—T-tenemos la tenencia completa, firmadas por un juez, de cinco niños Joonie. —Hizo una pequeña pausa. —¡De cinco niños! —Seok-Jin se tiró el cabello hacia atrás observando a su pareja quien pensaba de manera callada. —N-no p-puedo c-creerlo. —Tartamudeó largando un gran suspiro. —Quería tener muchos hijos pero... no tan así.

—¿Qué haremos ahora? —Inquirió Nam-Joon. —El dinero, como dijo Hee-Sook en la carta, no es problema porque nos alcanza y sobra aún así pero, ¿qué le diremos a Tae y Jimin al respecto? ¿Cómo nos acostumbraremos a una rutina con cinco niños? ¡Los cuales tres ni siquiera tienen una cama dónde dormir! Debemos inscribirlos en la escuela, comprarles ropa y, ¡hasta ya pedirán que les ayudemos con las tareas! Y, para agregarle la cereza al maldito pastel tenemos un niño de tres años que ni siquiera asiste a la escuela. ¡Demandará de nosotros todo el día!

—Joonie, respira. —Murmuró Jin colocando sus manos sobre los hombros de su pareja quien comenzaba a desesperarse. —Por ahora, haremos lo siguiente. —Aclaró, tratando de actuar tranquilo, mirando el reloj. —Tú te tomarás un taxi hasta la escuela de los niños ya que faltan cuarenta y cinco minutos para su salida, los llevarás a comer a algún lado de por allí mientras yo me encargo de estos temas aquí. ¿Okey? —Joon asintió con su cabeza lentamente. —Nos iremos mandando mensajes pero los niños no tocarán la casa hasta que veamos como soluciono esto por aquí.

Joon y Jin acordaron que acomodarían su vida a partir de ahora y que Tae ni Jimin debían enterarse hasta que esto estuviese completamente organizado. Sería un estrés y un sentimiento de abandono para todos mezclarlos así de la nada.
Mientras el menor de la pareja se tomaba un taxi hacia el instituto de los pequeños, el mayor salía de la oficina directo a la cocina en busca de Yang-Mi quien había aclarado minutos antes que estaría en la cocina junto a los pequeños, se asomó a ella cuando llegó notando al pequeño Jung-Kook jugando con masas en el piso mientras Yoon-Gi y Ho-Seok cocinaban unas galletas.

—¡Seok-Jin! —Exclamó el menor de los tres pequeños al ver al mayor asomado por la puerta. Parecía que su nombre se lo había aprendido a la primera. 

—¡Ey! ¡Kookie! —Sonrió Jin tomando al pequeño en sus brazos quien se refugió en ellos como un pequeño bebé que era, los niños de seis y siete años observaron al mayor quien miraba a su psicóloga con seriedad.

—¿Qué han decidido Jin? —Inquirió cruzándose de brazos. —Mejor dicho, ¿han decidido algo?

—Nam-Joon ha ido por los niños ya que se hacía tarde, ellos estarán con él mientras nosotros nos acomodamos y hacemos un par de compras. —Suspiró. —Asumiremos el cargo. —Sonrió completamente estresado pero con una sonrisa lastimosa que reflejaba pena, sorpresa y tristeza.

Yang-Mi asintió con una pequeña sonrisa y sin siquiera mirar a los niños, manteniendo su mirada con la de Jin añadió. —Niños, preparen sus maletas que se van. Yo iré a preparar la de Kook. —Murmuró encaminándose fuera de la cocina.

Los niños se observaron extrañados y luego observaron al mayor quien sonreía de manera nerviosa mientras acunaba a Jung-Kook quien parecía cómodo estar en los brazos del mayor. —¿A qué has venido exactamente? —Inquirió Yoon-Gi elevando sus cejas, curioso pero serio sabiendo que todo marchaba por él.

[NamJin] ¿Una familia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora