Charlotte

19 0 0
                                    

Me detuve un momento a ver a la chica, su cabello era rubio y sus labios eran teñidos por carmesí, sus ojos tenían un azul bello, pero era arruinado por las ojeras bajo ellos, su cuerpo mostraba notable desnutrición y malestar, era simplemente ver todo lo malo que se le puede ocurrir a alguien, ¿Cómo permitir algo así?

-es Charlotte; dijo ella

- ¿Quién?; la tome del hombro haciendo que volteara a verme y sus ojos se entrelazaron con los míos, sentí como su hueso se hundía en la palma de mi mano y la solté; ¿Quién es?

-ella llego al mismo tiempo que yo, pero como era virgen se la llevaron a otra ciudad, luego de unos meses, la trajeron acá con las demás que ya no lo eran

Tobías, te juro que te odiare de ahora en adelante, no solo por que el salvarte costo el dinero de mi boda, si no la clase de uno de los hombres que la pudo haber herido.

-es muy linda, a pesar de que yo ya llevaba tiempo, ella me cuidaba, y eso que era más chica que yo; rio para si

Me quede un poco en shock, tal vez la confundía, en su estado cualquier cosa podía ser posible.

-se llama Sonia, le pusieron un seudónimo, Charlotte; me lleve las manos a la boca de la impresión

Simplemente no podía creerlo.

- ¿Puedes traerla?; cuestiono con el llanto a punto de salir; soy su primo, soy Lisandro

-me temo que, si salgo de esta habitación, ellos pensarán que ya acabamos, vendrán por ti para sacarte...; se quedo dubitativa unos instantes; ¿Tienes más dinero?

- ¿Para qué?; inquirí sintiéndome extrañado de su pregunta

-si salgo, puedo decirles que quieres otra; tomo mis mejillas entre sus delgadas manos; si hago esto, prométeme una cosa; asentí con la cabeza mirando sus ojos; me ayudaras a salir de este lugar; asentí repetidas veces hasta que me soltó; bien, si traes el dinero, dámelo

Sin pensarlo dos veces, la obedecí, era un rayo de ilusión que por mas pequeño que era, me servía para poder encontrarla.

-quítate la ropa o desarréglate o algo, a lo mejor entran a preguntarte si te gusto el servicio u otra cosa, así que no levantes sospechas

Comencé a desabrocharme la camisa mientras ella se llevaba las manos a la cabeza revolviendo su cabello, luego dio unos saltos por la habitación quedando al final algo acalorada y con una gotita de sudor que amenazaban con escurrir por su frente, se aproximo a mi y me tomo del cinturón, mire sus manos, quitando con destreza la prenda y bajando mis pantalones.

-entra a la cama y espérame aquí; asentí con la cabeza e hice caso

Ella salió de la habitación y no dio muchos pasos cuando detrás de la puerta escuche su voz hablando con uno de los tipos que nos trajeron.

-quiere otra... ya pago... voy por una de las chicas que no estén ocupada tonto...

Luego silencio detrás de la puerta me levante de la cama y camine por la habitación, si era ella, si era Sonia, ¿Cómo la sacaría de este lugar? Alguien toco la puerta y por suerte no entro.

- ¿Se le ofrece algo?; la voz de una mujer desconocida se oyó tras la madera

-por ahora no; traté de sonar lo más arrogante que pude y luego esta se marcho

Si alguien entraba y me veía sin rasgos de agotamiento podría sospechar, así que comencé a hacer sentadillas y di una y mil vueltas de una pared a otra, me mire en el espejo y note como mis mejillas y frente adquirían un tono más rosado, mi pecho subía y bajaba con mas rapidez conforme el tiempo pasado. Casi cinco minutos, me convencí de que había sido un tonto, me puse el pantalón de nuevo y cuando me lo abrochaba, la puerta se abrió sin previo aviso, asustándome y haciendo que me sintiera descubierto.

Pero todo eso dejo de importar...

-Sonia; lo primero que hice, fue con la mirada buscar esa cicatriz

La calidez de sus ojos seguía presente en ella a pesar de estar en este infierno, la chica rubia cerro la puerta apenas entraron, ella me miraba con sorpresa y aturdimiento, quise acercarme a ella, pero no pude, era como una visión, estaba frente a mí, no muerta, no desaparecida, frente a mí. Sonia.

Ella reunió más valor del que yo tenia en todo el cuerpo y corrió hacia mis brazos, me estrecho contra su frágil cuerpo y sentí su llanto quemar mi pecho, temblaba bajo mis brazos que poco a poco a refugiaron en mi ser.

Sin habla, sin poder razonar más allá de lo que tenía delante, estaba aquí con ella, con mi primita.

-Lisandro... Lisandro; repitió una y otra vez sacándome del shock

-Sonia; tome sus mejillas y alce su rostro hacia mí; ¿Realmente eres tú?; sonrió al escucharme y asintió con la cabeza y la volví a abrazar

-sácame de este lugar Lisandro, por favor, llévame lejos de este sitio; pidió rogándome, y esta vez no la dejaría sola

-por supuesto que sí; la otra chica se acercó hacia nosotros

-no creo que puedas sacarnos a las dos, llamaría mucho la atención, será mejor que se vayan ya; vi su rostro acongojarse y estire mi mano hacia a ella

-tu vienes con nosotros; tome su mano entre la mía y la acerque a nosotros uniéndola al abrazo; sin ti no la hubiera encontrado nunca

-gracias Rachael, no sé cómo agradecerte; dijo Sonia mirando a Rachael; ¿Cómo saldremos de aquí?; pregunto viéndome con preocupación; Lisandro ¿Qué haremos?

-no lo sé, no lo sé, estoy pensando

La verdad es que no tenia ni idea de como poder sacarlas a ambas, para eso primero tendría que salir yo. Solo.

-ahora no poder, seria arriesgar también a ellos; ella me miro con extrañeza; mis amigos, una larga historia; finalice viendo al techo esperando que el cielo me iluminara para poder sacarlas de este lugar

-también tienes que sacarlas a ellas; dijo mirando al suelo y luego a Rachael; acaban de llegar, son vírgenes, no tienes idea de lo que les hacen....

- ¿Cómo puedo llevármelas a todas? Si llamo a la policía tendré que salir de aquí y por el momento dejarte y no lo hare, no te volveré a perder Sonia

-es la única manera de que nos saques a todas y a ella; dijo, pero no se refería a Rachael; por favor, hazlo por mí; tomo mis manos entre las suyas y me miro con los ojos en llanto; vete

Negue con la cabeza repetidas veces, pero era la única manera que tenia por el momento, por lo menos, ahora sabia donde estaba. Me puse la ropa y junto a ella esperamos.

Una hora después, un tipo llamo a la puerta, el tiempo se había acabado. Me costo un mundo no tomarla de la mano y salir corriendo lejos de ese lugar, pero tenia que controlarme, ahora no solo por ella. Rachael me miro esperanzada de que cumpliera su promesa. Y lo haría.

Volvería por todas ellas. Haría hasta lo imposible por sacarlas a todas de ese infierno.


Primo y PrimaWhere stories live. Discover now