Sólo de noche

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Miles de ideas se paseaban por mi cabeza, cumpliendo lo prometido, nos dejaron salir sin ponernos otro obstáculo. Pero ahora, ¿Cómo volvería a entrar a ese lugar? Tenia que decirle a mi tía. Eso era lo primero.

Los chicos notaron claramente mi radical estado de ánimo, pero no dijeron nada, supongo que creyeron que seguía en shock por todo lo sucedido. Lo primero que hicimos fue llevar a Tobías al hospital, Roberto se ofreció a cuidarlo y Carlos me llevo a mi departamento en su coche.

- ¿Qué tienes? Has estado muy raro desde que salimos; comento sin dejar de mirar por la carretera

-creo que la encontré; salió de mi boca mientras veía un punto fijo

- ¿A quién?; pregunto de reojo; Lisandro ¿Qué te pasa?

-a Sonia

- ¿Tu prima?; recordé haberle mencionado algo, pero solo fue algo vagamente; ¿Ella? ¿Dónde?

-en Flag's; respondí y el detuvo el auto lentamente hasta quedar en alto total

Tras decirle lo que paso, se quedo en el mismo estado que yo, sorprendido, y sobre todo ahora, con un gran peso sobre lo que haríamos para sacarlas de ese espantoso lugar. Y fue muy fácil con su ayuda, tenia que ir con mi tía e ir a la comisaria para ver ¿Por qué maldita razón no habían hecho bien su trabajo? Siendo Carlos mi amigo y jefe, pude conseguir que me permitiera faltar una semana a la empresa, total, por el momento no habría boda. Empaque apenas lo necesario y tome un taxi para ir al aeropuerto, los minutos se me estaban alargando, sentía como si las manecillas del reloj se divirtieran con verme y se dignara a caminar lento.

Cuando por fin estuve en el avión, mire por la ventana y el cielo se había ennegrecido de una abrupta manera, un vacío lleno mi corazón, y eso fue lo único que sentí hasta que me quede dormido en el viaje.

Nubes grises, un cielo oscuro, lluvia.

Lluvia, un cielo oscuro, nubes grises.

En mi mente solo había imágenes de eso mientras dormitaba con cierta dificultad.

Desperté gracias a que una azafata tuvo la amabilidad de despertarme, tomé mis cosas y prácticamente corrí hacia la salida, tenia que llegar con mi tía y decirle que su hija seguía viva. Una gota fría cayo desde el cielo deslizándose sobre mi mejilla, haciéndome tomar en cuenta, de que la noticia de golpe le afectaría, tal como a mi cuando me dijo que ya no la buscarían más. Y recordé que ni siquiera les había avisado a mis padres que iría a su casa.

En el taxi, le di la dirección al chofer y encendí mi celular para mandarle un mensaje a mi madre, las gotas de lluvia empezaron a golpear la ventana del auto y de nuevo miré al cielo, oscuridad. Nada más. Esta vez era más comprensible ya era tarde, pero antes ¿Por qué me hacía sentir así?

-pero que sorpresa; dijo mi padre al abrir la puerta de la casa; pasa hijo

-Lisandro ¿Qué haciendo por acá?; pregunto mi tía dejando la taza de café sobre la mesa de centro

-es algo de improvisto; en eso mi madre entro a la sala para darme un fuerte abrazo

-necesito hablar con mi tía Erika a solas; solté sin poder contenerme más; es algo muy importante

-esta bien; dijo mi padre; yo iré a la cochera, esa carcacha no durara más; se fue sutilmente por el pasillo tras darme unas palmadas en la espalda

-yo iré a preparar la cena, debes estar hambriento ¿No?; asentí con la cabeza, ignorando en el fondo la sensación de hambre

- ¿Qué pasa hijo?; cuestiono mi tía invitándome a sentarme junto a ella

-es que no se como decirlo y no se como lo tomarás tía; confesé mirándola a los ojos, esos ojos idénticos a los de Sonia; yo... yo; las lágrimas inundaron mis ojos antes de que otra palabra saliera de mi boca

-tranquilo hijo, ¿Qué es lo que te puede poner de este estado? Cualquier cosa que sea, estoy segura de que tendrá solución; su mano fue a mi cabeza acariciando mi cabello

-es Sonia...

Su respiración de detuvo, su mirada se centró fijamente en mis ojos y casi estoy seguro de haber escuchado como su corazón se dejó de latir.

-la encontré

Primo y PrimaWhere stories live. Discover now