Amor akumizado - Miraculous Ladybug fanfic.

2.- ¡Marinette! ¡¿Qué has hecho?!

Sin darse cuenta, Adrien entró al salón de laboratorio químico que en esos momentos estaba vacío, tiró su mochila en una esquina y se apoyó en sus dos manos sobre el escritorio.

—¡¿Cómo se atreve...?!

En lugar de simplemente huir de las palabras de ese hombre, Adrien lo hubiese confrontado, pero siempre recordaba que cualquier cosa que hiciera o dijera, hablaría enormemente de su familia, de su padre y de su madre. Ese riesgo no lo podía correr nunca.

Por desgracia, en otro lugar el plan preparado hacia él, ya estaba listo.

Tras atender ese aviso de un nuevo portador, Gabriel miró a su asistenta, quien le dijo con su expresión seca pero determinada:

—Ya es hora.

El hombre asintió con algo de inseguridad, y se transportó a su guarida para inmediatamente transformarse en el clásico villano que era.

Al ver abrirse frente a él la ventana que le daba camino libre a una akumización, el villano dio un profundo suspiro.

—No me extraña una reacción así hijo... debería darte crédito por ello, pero...

Entre sus manos encerró una de las muchas mariposas blancas, para cubrirla de un negro púrpura.

—Vuela mi pequeño akuma... ¡y malefícialo!

Entre tanto, en la escuela Adrien seguía frustrado, abrumado y decaído por esa crítica tan desmedida hacia su madre y en parte hacia él mismo.

—Owww, que bueno que te fuiste antes de tiempo, o hubiera usado mi poder contra ese tipo ¿quién se cree que es?— Dijo Plagg en cuanto salió de su escondite.

Adrien hizo una raya en su boca que parecía una sonrisa triste. Quiso acariciar a su Kwami, pero este volvió a esconderse cuando la puerta del salón se abrió.

—¿Adrien...? ¿Estás...?

Esta era Marinette, quien entró algo nerviosa al salón, detrás de ella estaba asomada por las ventanas Alya.

—No... no estoy de humor ahora Marinette...— Dijo Adrien hablándole de espaldas.

—Adrien, no debes tomar en serio a ese sujeto. Él ni siquiera te conoce, NO tenía derecho a decir esas cosas que ni siquiera son verdad...

—Tú tampoco me conoces como soy en realidad Marinette... no tienes nada que opinar...

—Bueno... te conozco mejor que él... eres uno de los chicos más respetuosos, geniales, de en sueño, talentosos, especiales, y podría seguir y seguir.

—Esa es la impresión que tú tienes... la realidad es muy distinta...

—Claro que no... yo sé que...

—¡No me conoces en realidad Marinette! nadie lo hace... por favor... déjame sólo...

Con un dolor que le despedazaba el corazón por ver esa nueva reacción nunca antes mostrada en el chico que amaba, Marinette comprendió que Adrien no se encontraba en el mejor momento para hablar. 

Finalmente prefirió darle espacio. Esperando que al día siguiente no estuviera tan enojado con ella, de modo que solamente se limitó a decir:

—Te veré mañana entonces... cuídate...

Sin poder contener más sus ganas de llorar, Marinette soltó dos lágrimas silenciosas que prácticamente se cayeron de sus ojos cuando se dio la vuelta para irse definitivamente de ese lugar.

Con mucho pesar, Alya observó como se alejaba, y entendiendo que era inútil, ella también optó por dejar tranquilo a su amigo.

Pero entonces...