Un secreto [Viktuuri AU/Mpreg/Omegaverse]

Capítulo 8. No es mentira.

-Hagamos algo. -Dijo el alfa al otro lado de la puerta. -Saldré de la habitación, ¿está bien? Puedes ir por tus supresores, sólo avísame cuando puedo entrar, estaré en el pasillo. -El pelinegro escuchó como el peli plateado se alejaba y como la puerta de la habitación se abría y cerraba, se secó y con algo de miedo salió del baño y se dirigió a su maleta para buscar sus supresores, tomó una de las inyecciones y con cuidado inyectó el líquido en su pierna, no solía usarlas ya que sólo eran para cuando su celo fuera demasiado fuerte, pero mientras más rápido se calmara su celo en ese momento mejor, no iba a hacer efecto de inmediato, pero sus feromonas disminuirían lo suficiente para no alterar los sentidos de los alfas, se puso algo de ropa y esperó unos cuantos minutos a que sus feromonas disminuyeran un poco.

-Puede pasar. -Dijo lo suficiente fuerte para que el alfa que se encontraba en el pasillo lo escuchara. La puerta fue abierta unos segundos después.

- ¿Estás mejor? -El pelinegro apreció un pequeño hilo de sangre que caía del labio del alpha, probablemente se lo había mordido para tratar de resistirse a sus instintos.

-Algo... -Lo único que pasaba por la mente del pelinegro era que si su jefe siempre había sido tan guapo o su celo realmente lo estaba afectando.

-Ya veo... Si necesitas algo o que me vaya de la habitación hasmelo saber. -El pelinegro asintió, el peli plateado se acostó en su cama, el pelinegro imitó su acción, pero él se puso de medio lado de manera que quedara viendo para la pared, sentía que su corazón saldría de su pecho por lo rápido que este estaba latiendo, no sabía si era por su celo, pero nunca había notado el delicioso aroma que desprendían las feromonas de su jefe, realmente se estaba volviendo loco.

(...)

- ¿Está dormido, señor Nikiforov? - 

-No, ¿necesitas algo? -Hubo silencio durante unos segundos, el peli plateado sintió como su cama se hundió del lado vació y como unos brazos lo abrazaban. - ¿Yuuri? -

-Hagamosló. -El peli plateado se dió vuelta para quedar frente a frente con el pelinegro.

-No, no, o sea, me haría feliz, pero tú tienes pareja , Yuuri. -El peli plateado observó bien al pelinegro, sus mejillas estaban completamente rojas y su respiración era agitada, sus feromonas no eran tan fuertes, pero estaba seguro de que el omega se encontraba así porque los supresores no ayudaron en nada a calmar su celo. -Ve a tu cama, ¿sí? No estás pensando con claridad por tu celo. -

- ¿Es por qué no soy atractivo? -Dijo desviando su mirada.

-Yuuri, mirame. -Dijo tomando el rostro del omega entre sus manos. -Para mis ojos tú eres la persona más hermosa del mundo, por favor entiéndeme, no quiero hacer algo de lo que luego te arrepentirás. -

-Hueles bien... -Dijo el pelinegro pegando su nariz a la camisa del peli plateado.

- ¿Es por mi olor? -Dijo el alpha sentándose en la cama para luego quitarse la camisa. -Ten, duerme con esto, si mi olor te calma puedes usar mi ropa. -El pelinegro asintió y se quitó su camisa para ponerse la de su jefe. -Bien, ve a tu cama, vamos a dormir, ¿sí? -

-Sí. -El pelinegro hizo lo que el alpha le indicaba y cuando estuvo acostado en su cama el mayor apagó las luces.

(...)

El pelinegro abrió sus ojos cerca de las dos de la mañana, se incorporó en la cama y dio un vistazo a la habitación, lo único que lo iluminaba era la luna. 

-Debo llamar a Yura... -Dijo al ver la hora en la pantalla de su teléfono. Se levantó con cuidado de no despertar a su jefe y salió al pasillo, la llamada no duró mucho por la hora que era, pero le había prometido a su hijo que llamaría más temprano de ahora en adelante, luego de que la llamada terminó se quedó observando su fondo de pantalla por unos segundos, en la foto su bebé apenas tenía unos días de nacido. Suspiró y se adentró en la habitación de nuevo, miró a su jefe por unos segundos, por un momento pensó que ese alpha era realmente bueno, sacudió su cabeza para olvidarse de esos pensamientos y se metió a su cama de nuevo.