Jarabi (#1 Mc Reyes Demonios)

Capitulo 29

Capitulo Editado

Killian

Hoy es el día de ir a nuestra casa con mis hermosos amores. Joder, ya empiezo a actuar como mujer. Compré una casa para que los cuatros estemos más cómodos.

Los hermanos me ayudaron a acomodar la casa. En el dormitorio de los pequeños pintamos de azul y pusimos los nombres de ellos con animales. Es una sorpresa para mi Bella. Estoy ahora mismo conduciendo hacia la casa.

—Vida, aquí no es el camino al club —me dice Bella confundida.

—No nos vamos al club, Bella, te tengo una gran sorpresa para ti y mis hijos —le digo sonriendo. Cuando ella abre la boca para decir algo, Eros empieza a llorar y Bella le alza para calmarlo. Llegamos a la casa y ella mira.

—Es hermosa, vida —dice.

— ¿Quieres verla? —le pregunto mientras salgo del auto. Abro la puerta trasera para sacar a Deo que está dormido junto su carrito. Ella asiente, sale del auto y se acerca a mí; entrelazamos nuestras manos y entramos. Mira cada cosa, cada detalle de la casa, me mira.

—Es hermoso, vida, me encanta —repite sonriendo.

—Qué suerte, porque es nuestra ahora. ¿Quieres ir hacia los dormitorios de los bebés? —pregunto. Ella asiente como una niña pequeña. Caminamos hacia allí y abro la puerta. Bella tiene lágrimas en los ojos.

—Está todo hermoso, Killian —dice alegre. Se acerca hacia las cunas y siente el colchón de una cuna; se da la vuelta y mira toda la habitación. Pone a Eros en una de las cunas y yo me acerco a la otra para ponerle a Deo.

—Me encanta, vida, me encanta —repite. Me abraza y alza la mirada para rodear sus brazos por mi cuello. Se acerca para besarme, miro a los pequeños dormidos tranquilamente. Por lo menos tendremos algo de tranquilidad. Salimos de la habitación despacio para que los pequeños puedan dormir tranquilamente.

—Quiero tener una niña —susurro en el oído de mi mujer; ella me mira y empieza a reírse.

—No podemos hacer nada todavía, amor, cuando los niños tengan tres años puede ser —dice coqueta. Empiezo a asentir y le agarro de la cintura.

— ¿Quieres ver nuestra habitación? —susurro en el oído de Bella. Me mira, agarra mi mano y nos dirigimos hacia allí. Entramos y Bella empieza a ver toda la habitación. Me mira.

—Es hermosa toda la casa, la habitación de los pequeños, la nuestra. Muchas gracias, vida, —me dice abrazándome.

—Ustedes son mi familia ahora, Bella, y nadie me va a separar de ella —le digo mirándola. Los bebés empiezan a llorar y nos vamos los dos a ver qué tienen. Bella agarra a Eros y yo a Deo; primero da la leche a Eros y después a Deo. Cuando duermen los dos, nos vamos hacia el patio para que Bella vea a los cachorros.

—Bella, te tengo otra sorpresa, te encantará —le comento. Ella me mira con curiosidad. Agarro su mano y le empiezo a dirigir para ir al patio; silbo, empiezan a venir cuatro cachorros Hasky siberianos.

— ¿Cómo los llamaremos, Bella? —susurro en su oído. Se da la vuelta y me mira.

—Gracias, vida, la hembra será mía —dice.

—Te amo, Bella —le digo.

—Te amo, vida —me corresponde sonriendo.