✧ e m o t i o n a l ; [ᵈʳᵃʳʳʸ/ʰᵃʳᶜᵒ]

「 06 」

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—Ni se te ocurra acercarte.

Ron suspiró por cuarta vez en casi todo el día mientras alejaba el plato de comida que había traído de las cocinas y alguno de sus libros.

—Acercarse a "Enojado Harry"— ignoró el gruñido que soltó el mencionado —Solo empeora su estado.

Una vez dicho eso, colocó sus cosas sobre la mesa en frente de la chimenea de su sala común y se quedó observando a Hermione quien anotaba lo que acababa de decirle.

—¿Algo más que añadir?— preguntó ella.

Ron giró y le dio un rápido vistazo a su compañero, este seguía sentado en el sillón más apartado del lugar, observando un punto fijo sin dejar de fruncir el ceño. Algunos objetos cerca a él parecían temblar.

—Su magia solo necesita un detonante y literalmente estalla, supuestamente así cambiará de emoción. ¿Tienes la lista Mione?

La chica asintió y le entregó un trozo de pergamino al pelirrojo quién pensando si lo que estaba a punto de hacer era cuerdo o no dijo:

—Tarta de melaza.

Ambos jóvenes voltearon, no había pasado nada.

—Prueba otra.— propuso con pluma y otro pergamino en la mano.

—Quidditch, Snitch, Escoba, Transformaciones, Director Dumbledore, Gryffindor...— Weasley se detuvo un momento y exhaló despacio, había llegado —Profesor Snape...

Por instinto Ron jaló a Hermione y ambos se ocultaron bajo la mesa justo antes de que una explosión de magia mandara a volar todos los objetos que rodeaban al moreno.

—M-Menos mal les dijimos a todos que se llevaran lo de valor.— habló Granger —Harry, ¿Cómo te sientes?

Harry soltó un bufido y se tapó la cara con un cojín. Ron y Hermione se miraron y asintieron antes de levantarse e ir con su amigo.

—Viejo, en verdad esto es una mierda... pero me alegra que tu parte enojada se fuera ¿Se fue, verdad?

Aún con el rostro cubierto Potter asintió. Y sus dos amigos volvieron a suspirar.

—¿Hay alguna forma de cambiar su estado?— Ron volvió a examinar la lista —¿Cuánto tiempo lleva la poción?

—Menos de veinticuatro horas.

Esta vez ninguno pudo protegerse de la explosión de magia, Weasley quien estaba sentando en el codo del sillón cayó de espaldas y Granger tropezó cayendo también.

—¡¿A-Aún no va a acabar?!— preguntó entre lágrimas el moreno.

—¡¿L-Lo que acabas de hacer es siquiera posible?!— tanto Ron como Hermione frotaban sus ojos con fuerza intentando eliminar las lágrimas que les bajaban por las mejillas a causa de la magia de su compañero.

Esta tarde iba a ser muy larga.