eighteen.

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Finalmente le habían dado el alta a Yuta, estuvo en cuidados por unos cuántos días, con visitas vigiladas y asistencia psicológica.
Tuvo varias recaídas en la semana, y se negaba a tomar sus medicamentos; cada vez se sentía peor, pero, Hyejoo y Sicheng estuvieron acompañándolo desde el momento en el que ingresó al hospital; lo visitaban todos los días, iban hasta su casa, le cocinaban y hacían lo posible para verlo bien.

Y así pasaron los meses, Yuta no se recuperaba, y las personas luego de una larga espera, se cansan.

Primero fue Hyejoo, luego de cuatro meses de ir todos los días a ver a su gran amigo, su situación comenzó a ser irregular. A veces le cancelaba a Sicheng, pero no era porque quisiera. O por lo menos en un principio.

Estaba exhausta; su rutina diaria era levantarse a la mañana, ir al colegio, ver a Yuta, ir a clases de danzas, llegar a su casa a las 10 de la noche, comer con las pocas fuerzas que tenía y dormir. Incluso habían días que no comía.

Las vacaciones de verano habían comenzado, y Sicheng le había dicho que estaba bien si no podía ir, merecía un descanso después de todo.
Pero los días pasaban, y ella todavía no aparecía o contestaba los mensajes, él no sabía que hacer. No quería decirle a Yuta por qué ella ya no iba a visitarlo, porque no lo sabía y tampoco iba a mentirle.

Hasta que un día, Sicheng, de camino a visitar a Yuta, se encontró con ella. Estaba sentada en un columpio, llorando.
Se le acercó, le preguntó que le sucedía, y ahí descubrió por qué ella ya no iba.
Sus padres le prohibieron seguir viendo a Yuta hace meses, lo veían como un estorbo y una distracción, al principio no les hizo caso y siguió yendo, pero la descubrieron; y no la dejaron salir de su casa por semanas. No le daban de comer por días por ser desobediente.

Los padres de Hyejoo eran extremadamente católicos, y querían que su hija crezca con esas enseñanzas, pero terminaron haciendo todo mal, empezando porque eran sumamente estrictos con ella, y llegó a un punto en que comenzó a ser desobediente.

Porque se sentía atrapada y sin vida propia.

Justo en ese momento ella iba de camino a casa de Yuta. No le habían sacado el castigo, sino que la echaron de su casa, y le destruyeron todos sus bienes materiales, incluyendo su teléfono celular.

Sicheng le ofreció quedarse en su casa hasta que solucione los problemas en la suya, a lo que ella aceptó, no sin antes ir a visitar a esa persona que tanto extrañaba.

Yuta se levantó de su cama de golpe y le dió un fuerte abrazo a Hyejoo, era la primera vez que estaba tan feliz desde la recaída.
Ese día pasaron horas y horas con el japonés, incluso salieron de la casa y se recostaron en el jardín de éste, disfrutando de la naturaleza y del caluroso día de verano.

Por más que se demuestre feliz, Hyejoo estaba preocupada. Tenía una extraña sensación recorriendo su espina dorsal, pero no le dió importancia. Supuso que se calmaria cuando llegue a casa de Sicheng, ya que ahí estaría más segura.

schizophrenia ★ yuwin Where stories live. Discover now