[11]

5.8K 560 609
                                    

Después de que Jisung se fue, me quedé pensando.

¿Querrá Han Jisung ser mi novio, esposo, amante, amigo con derecho o lo que sea y ser el padre de mi hijo? No lo creo.

No estaba desesperado por buscar una figura de padre o madre para Chenle, él ya me tenía a mí y a su nana, ¿para qué más?

No me gusta verme desesperado por un amor, porque nunca me vi así... Solo con... ese maldito mafioso incrédulo y mentiroso.

Pero Jisung, me hace suspirar de amor, estoy pareciendo un loco enamorado, pero eso es lo que soy. Un chico enamorado de otro chico.

Después de que Jeongin me rompió el corazón de la peor manera, no creía que podía enamorarme. Pensé en que me gustaba Jisung, no lo besé por gusto (bueno, sí), sino que quería saber si esas mariposas en el estómago no eran a causa de los golpes que recibí por parte de Jungeun, pero no.

Definitivamente estaba enamorado.

Alguien tocó mi puerta y fui a abrirla mientras pensaba.

¿Qué estará haciendo Jisung ahora? ¿Y Jungeun?

¿Y...?

– Jeongin...– Maldita sea, como si fuese parte del destino, ese maldito cara dura precioso con carita de ángel y una sonrisa preciosa con vías del tren arriba... digo, brackets.– ¿Qué haces en mi casa? Dije que no quiero volver a verte.

– Pero yo sí, necesitamos hablar– Después de unos largos segundos mirándonos, lo dejé pasar a mi salón, agarrando apresuradamente el cuerpo de mi bebé dormido sobre el sofá para llevarlo a su cama, y claro, lejos de ese tipo al que algún día le dije "te amo".– Bueno, no era necesario que alejes a Lele así de mí, no soy peligroso.– Maldito caradura quería romperle esos dientes con vías del... brackets.

– ¿No eres peligroso?– Él negó.– Te recuerdo, maldito estúpido inservible y tarado al que alguna vez llamé...–

– Bueno, ¿vas a seguir insultándome o vas a recordarme lo que querías?– Me interrumpió, acercándose cada vez más a mí, mientras yo me alejaba, me acorraló contra la pared.

– Q-que...– Me sentí nervioso, nunca lo había tenido así de cerca, solo cuando dormíamos juntos, pero no era nada especial... para él.– me secuestraron por tu culpa, me golpearon, tenían la idea de asesinarme, les mentí a la segunda mafia más buscada en Corea, aparte de la tuya, si se enteran que estoy con nadie más ni nadie menos que– Levanté mi dedo y lo empujaba contra el pecho de el menor– Yang JeongIn, el mafioso más conocido de Asia, me asesinan, y no solo a mí, sino que hasta el perro que alguna vez tuve.– Hablé tan rápido que me quedé sin habla, quizás le hubiese puesto comas a mi gran discurso de acusación.

– ¿Puedo explicarte por qué nunca salí contigo?– Fue lo único que preguntó. No sabía qué responder, la curiosidad carcomía parte de mi mente.

– Pero la curiosidad mató al gato. Amo a los gatos, yo sería uno si pudiese, y la curiosidad eres tú– Le dije mientras lo señalaba.– Así que estoy muerto, espero mi bala– Cerré los ojos un momento y volví a abrirlos para ver a un confundido Yang.– ¡Bueno no!– Grité, asustándolo.– Tengo un hijo al qué cuidar y necesita de un padre, y definitivamente no conozco a otra persona y yo...–

– Minho, hablas demasiado

– Lo sé, es un asco

– ¿Me dejas explicarte?

– Bueno pero no me mates

– No eres un gato y no soy la curiosidad

– ¿Quién lo dice?

– Yo

– Bueno, prosigue

– Bien, no salí contigo y no es porque no me gustas, sino porque...– Dejó salir un largo suspiro. Lo que me espera...– estoy enamorado de ti. Tengo novio, pero aún así me gustas mucho. Además, no podía salir contigo ni con Chenle porque, Dios, soy uno de los más buscados de este país, no los pondría en peligro por mi culpa.– Bajó su mirada mientras yo, acorralado contra la pared, deseaba llorar.– Y... Te amo.

Él agarró mis manos y las puso en sus hombros, mientras las suyas pasaron por mi cadera hasta llegar a mi espalda.

Se acercó poco a poco, cerrando los ojos, entré en pánico y me besó.

Maldita sea, Yang Jeongin, no quería caer en tus sucios juegos de un maldito mafioso.

Mi celular sonaba una y otra vez, no vi quién era y tampoco me interesó.

Porque ahí estaba yo, besando profundamente al mafioso más temido y más conocido del país.

Jeongin me sacó la camiseta mientras seguíamos besándonos, y yo desabotoné su preciosa camisa negra, que por cierto, le quedaba increíblemente bien.

Estuvimos besándonos por unos largos minutos, pero no escuché cuando alguien abrió la puerta, hasta que una tercera voz se escuchó.

Y no era la de mi hijo, era la de Jisung.

– Minho, estuve buscando guías de padres y acept...– Habló tan rápido mientras abrió la puerta de golpe mirando un libro que no nos dió tiempo de reaccionar a mí y a Jeongin.

– Jisung, yo...– quise hablar mientras me separaba del más menor y me ponía mi camiseta, pero no pude formular las palabras, quería llorar como nunca antes. Iba a hablar otra vez, pero Jisung me interrumpió.

– No quiero verte nunca más en mi vida, pedazo de mierda.

Se fue dando un portazo.

Ahí estaba yo, queriendo que esto sea un sueño.

Ahí estaba Jeongin, queriendo saber qué hacer.

Lo único que hice fue darle una mirada a quien antes besé para darle a entender que necesitaba que se fuera, al parecer lo entendió y pasó el umbral de la puerta rápidamente.

Nunca lloré tanto.

Just For You [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora