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ESTABA VIVIENDO UNA SENSACIÓN EXTRAÑA DURANTE EL ÚLTIMO TIEMPO, no sabía realmente que me sucedía pero tenía el presentimiento que se debía a las gemas. Me había quedado en silencio, sabía si comenzaba a decir algo tanto mamá como papá se volverían locos.
— ¿Estás bien? —preguntó Steve acariciando mí hombro. Natasha, Sam, Steve y yo estábamos llegando de una misión que no habría salido del todo bien si Nat me hubiera salvado el trasero dos veces.
—Sí, lo estoy —dije no muy segura —. Lo siento por todo... no he estado muy concentrada y realmen-
—Déjalo, está todo bien —Steve negó con una sonrisa.
— ¿Alguno quiere pizza? —Sam apareció junto a Nat en la sala de estar del hotel que nos estábamos quedando.
—Yo —levanté la mano entusiasmada. Mis tres amigos rieron.
— ¿Brianna? —Natasha se acercó preocupada.
Negué y me alejé un poco al notar que se estaba acercando. Mis manos estaban envueltas en el humo negro y mis ojos estaban borrosos.
— ¿Bree? —sentí la voz de Steve a mí lado pero no podía verlo.
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El negro volvía a estar presente en mi vida pero de una manera bastante diferente.
Las personas gritaban del dolor y pasaban a mí lado empujándome, sentía la voz de alguien pero no podía reconocerlo.
Hasta que la sensación llegó a mí.
Era la misma sensación que había sentido cuando Thor creó a Visión, cuando mis poderes se había conectado con su gema.
—Escúchenme y regocíjense. Tuvieron el privilegio de ser salvados por el Gran Titán... quizá crean que es un sufrimiento, no. Está es su salvación.
Siguió hablando pero me distraje viendo los cuerpos que adornaban el lugar, miles de personas se encontraba en el suelo, algunas aún estaban luchando con respirar. Yo no podía ver quien hablaba pero ellos tampoco podían verme a mí, era como si hubiera podido viajar a otro lado del mundo pero por lo que veía por las ventanas, parecía estar en el espacio.
