MI NUEVA VIDA - ¡Mis Padres Están Vivos!

69|Voldemort

En algún bosque lejano iluminado por la luna creciente. Albus Dumbledore caminaba junto con Harry, ambos no miraban atrás por ningún momento.

-¿Tienes miedo?-le pregunto al pequeño Potter-. No debes sentir pena, eres aún muy joven y es normal ese tipo de emociones. Los adultos también tememos e incluso más que los niños.

-Profesor Dumbledore, ¿Esta seguro que el estará esperándome?

-No puedo afirmarlo.

-¿Cómo lo haré?

-Esperaba que me hicieras esa pregunta, tengo que decirte que es necesario que tu des el primer ataca. No estoy pidiendo que conjures hechizos, lo cual es algo imposible debido a que no tienes una varita en mano.

-¿Entonces como lo ataco?

-De la manera más fácil y letal.

-¿Y cuál es esa?

-Psicológicamente. Necesito que no le hables con respeto, no sientas absolutamente ningún temor hacia el. Llámalo por su nombre. Llamalo Tom, en ningún momento intentes referirte a él como Voldemort.

-¿Cree que eso pueda servir?

-Debemos intentar, no olvides lo que te conté de su familia. El intentará convencerte de unirte a su mando. Te hará temer y es lo menos que quiero.

-Yo jamás me uniría a su mando.

-Las palabras son muy importantes en un hombre. Tom no es un gran manipulador, la única razón por la cual tiene seguidores es el miedo. Tiene la capacidad de influirlo hasta en los mejores magos.

-¿Me... Me acompañará?

-No, lo lamento Harry-el director se detuvo-. Desde aquí debes seguir solo. Pero estaré alerta para actuar en el momento indicado.

Harry respiró profundo. Miro por última vez a su director y camino para adentrarse en el bosque.

°°°

Estaba al frente de el. Lo había encontrado más rápido de lo que imaginaba.

El silencio era incómodo.

Al darse cuenta que Voldemort no hablaría fue el quien decidió empezar.

-Aun no olvidó la oferta que me hiciste en Hogwarts-le dijo-. Necesitabas con desesperación la piedra filosofal. Me dijiste que me de volverías a mis padres.

-Del ingenuo niño que conocí debo decir que hay una gran diferencia-siseo-. Ya me enteré, es algo que se escucha muy seguido, el tema de conversación más usado.

-¿Es sobre mis padres?

-La magia es impresionante, nos puede devolver cosas que nunca en nuestra vida imaginamos.

-Eso lo debes saber muy bien tu, porque nadie en esta vida puede matarte, siempre encuentras la manera de aferrarte a la vida.

-Exacto, ahí lo tienes, no eres tan inútil como imaginé. Soy uno de los pocos magos que puede usar la magia para su propio bienestar-le dijo una pequeña sonrisa desagradable. Lo miro fijamente y luego desvío su mirada hacia otro punto del bosque-. Tu y yo tenemos mucho en común.

-No nos parecemos en nada.

-¿Estás seguro?-empezó a moverse con tranquilidad-. Quedaste huérfano, terminaste en un lugar donde nadie te quiso, solo las personas te admiraban por tener esa estúpida cicatriz en tu frente. Lo mismo pasó conmigo. Quedé sin nadie, abandonado en un orfanato y cuando llegue a Hogwarts solo estaba rodeado de sanguijuelas que  querían sentirse mejores que uno.