L'élégance du hérisson.

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Escrito: 9 de Diciembre del 2018

Publicado: 15 de Diciembre del 2018

L'élégance du hérisson, o en la traducción: La elegancia del erizo.

Escrito por Muriel Barbery.

Una de las frases o ideologías que mantiene el libro es:

“... Hace mucho tiempo que sé que el destino final es la pecera, un mundo donde los adultos chocan contra el mismo vidrio. Pero lo que es seguro, es que a esa pecera, yo no voy a ir.”

Somos peces que nadan en una pecera y que posteriormente terminaremos pereciendo en ella.

Así de simple. La primera metafora: pez. El más común de las “mascotas” marinas, pez rojo o dorado; con palabras sencillas a mi parecer nos dicen estúpidos, estúpidos por nadar en agua limpia y ensuciarla, por tragar y consumir lo que nos ponen en frente aún si nos daña, por no ver más allá, por rondar el mismo espacio.

Pero la pecera nos detiene. ¡Excusas!

Esa pecera la ponemos nosotros mismos, estamos dentro del radio permitido; de la caja transparente que puede mostrarnos más que agua llena de inmundicia. Pero lo único que vemos en ese cristal es nuestro reflejo, el reflejo de todos, y así, obtenemos como resultado imitar. Puede ser consciente o inconscientemente. Estaremos chocando una y otra vez con el mismo cristal.

Paloma, una de los tres personajes principales, es quien nos plantea dicha idea al principio de la historia.

Una chica inteligente, que está dispuesta a quitarse la vida, con tal de no caer en dicho ciclo, no quiere terminar como todos los demás.

Otra cosa que nos expone —la más bella en mi opinión— es: “Lo que importa no es morir, sino lo que estés haciendo en ese momento.”

No quiero dar el final y no lo haré. La muerte de todos es irrelevante, a menos, claro, que seas algún tipo de icono super popular o intelectual; y saben... En ocasiones nada de eso valdrá si los últimos actos son “malos”.

Pero para nosotros, para mí y de la manera en que yo lo interpreto... Me valdría más lo que piense y sienta.

Desespero: Quiero vivir.

Arrepentimiento: Perdóname. Jamás pude hacerlo.

Miedo: No quiero irme. ¿Quien cuidará...?. ¿Hay algo después de esto?. No quiero estar solo.

Conformidad: ...

Felicidad: Adiós...

Anhelo: Te (Los) veré...

Alivio: Gracias...

Tanto... Que probablemente nadie sabrá, y ese es el punto por nadie te juzgará, sólo sabrán si realmente te conocían, y aún así, nada estará confirmado.

La analogía que le da sentido al título es: “... Me recuerda a un erizo. Por fuera está cubierta de espinas, pero por dentro es tan refinada como ese animal engañosamente indolente, tremendamente solitario y terriblemente elegante.”

Definitivamente aquellos que caminan entre tantos, que prefieren no destacar y guardarse lo bello para ellos, lo bueno. Incluso aunque se quisiera no podrían porque habría miedo.

Tanto los detiene y tanto los obliga a vivir.

Creo que el mensaje final de la novela es: No caer en un mismo estúpido ciclo, vive y haz lo que quieres observando a todo el que lo merezca, juzga su pensamiento verdadero, más no su cara o billetera. Y sí así morimos, será amando.

En al menos, haberlo intentado.

Filosofía barata.Where stories live. Discover now