ʀᴇᴄʜᴀᴢᴏ •sᴛɪʟᴇs sᴛɪʟɪɴsᴋɪ•

Primer Día de Trabajo.

ANTERIORMENTE EN RECHAZO.

Stiles siquiera pudo ver a su mejor amigo a la cara. Scott siquiera le dedicó una mirada. Lydia paso de él como si nunca hubieran sido amigos.

- Hey Stiles estamos aquí - El menor asintió reprimiendo las ganas de llorar. Sonrió y asintió para luego seguir sus pasos hacia donde tenían destinado ir.

- Solo espero que cuando te des cuenta no sea demasiado tarde - sabía que derek le escuchó. Sabe muy bien lo que quiso dejar dicho con eso.

Y eso era lo que importaba para continuar.

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AHORA.

Se miró en el espejo por tercera vez buscando una mejor aprobación de sí mismo, la verdad aún seguía inconforme con el resultado de su atuendo para el primer día de trabajo. Había elegido unos pantalones mezclilla negros junto a una camiseta negra y su inolvidable camisa de cuadros vichy en negro rojos.

Se sentía cómodo y a gusto con su ropa pero no sabía con exactitud si era la adecuada para presentarse en su primer día.

Luego de haber salido del instituto corrió a casa para poder arreglarse a tiempo, con una hora de anticipación. Que al final de cuentas no sirvió de nada, tardó más tiempo en poder elegir algo más o menos que le hiciera sentirse decente.

Y ahora estaba en una encrucijada.

- Al diablo - Siseo. Tomó las llaves de su jeep y su teléfono de la mesita de noche. Se dirigió a la mochila que estaba encima de la cama y puso en ella una chamarra y un gorro por si hacía mucho frío.

Ya listo emprendió el viaje hacia a la salida de su habitación. Rápidamente al llegar a la sala se dirigió a la cocina y tomó de la mesa un libreta de notas y el bolígrafo junto a esta.

"Estoy en casa de allison Nos vemos luego." Escribió la nota a su papá por si llegaba a casa antes que él.

Aún no le había comentado nada de que estaba trabajando, sabía que al momento que su padre se enterara se lo prohibiría, pero una vez que las cosas estuvieran más calmado se lo diría. Mientras será un pequeño secreto.

Salió de la casa yendo directamente a su jeep.

Condujo por el pueblo hasta llegar a una zona que desconocía muy poco, si no hubiera tenido la dirección a mano seguramente se hubiera perdido. Jamás había recorrido esa zona que a simple vista se veía peligrosa, peligrosa para un adolescente de 16 años aún virgen.

Trago seco y detuvo el jeep a unas cuadras antes de la cafetería. Sólo desea que su jeep esté entera cuando vuelva por ella.

Al pisar el suelo en cementado sintió un leve escalofrío pasar por toda su espina dorsal. No pudo evitar apretar sus dedos a su camisa y así empezar a caminar por el pavimento hasta llegar a dicho destino.

Miro desde afuera la cafetería, el lugar de por sí daba algo de miedo, era algo frío y solo estaba llena de tipos grandes con muchos músculos que con un solo golpe lo podrían mandar a su casa hecho puré.

Cuando hablo por teléfono con el dueño del lugar él le había comentado que el sitio era peculiar pero no se imaginaba en qué sentido lo decía. Ahora lo entiende.

Se dio la vuelta dispuesto a irse. Ese lugar no era para él.

Cuando dio el primer paso de regreso a su auto alguien tocó su hombro, haciendo que se detuviera y se girará asustado.