ʀᴇᴄʜᴀᴢᴏ •sᴛɪʟᴇs sᴛɪʟɪɴsᴋɪ•

Y Así Empiezan Los Problemas.

ANTERIORMENTE EN
RECHAZO.

El tipo lo subió entre sus brazos al departamento, con algo de rapidez sobrehumana entro a la habitación y lo dejo sobre la cama, luego levantó la camiseta del chico para ver sus heridas y si que eran horribles.

Sintió una oleada de enojo de ver a ese niño en ese estado.

− Espero no arrepentirme de esto. − dijo antes de clavar sus colmillos en la muñeca derecha haciendo que de esta saliera sangre.

Se acercó al chico y le abrió un poco la boca para así poner en una distancia considerable su muñeca del chico. Varias gotas cayeron dentro de su boca. El castaño se movió algo incómodo.

−

Sólo hay que esperar a que funcione. − Se sentó en un lado de la cama pasando su mano por su cabellera castaña mientras miraba atentamente al chico yacía en su cama.

Sintió una opresión en su pecho.

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AHORA.

Lentamente fue abriendo los ojos sintiendo una leve molestia por la falta de práctica, pestañeo varias veces acostumbrándose a la luz de la habitación en la que se encontraba.

Cuando estuvo despierto completamente lo primero que atino hacer fue sentarse en la cama en estilo indio y luego se levantó el polo negro negro que llevaba puesto ese mañana.

Cuando levantó el polo su estómago estaba limpio, no habían rastros de hematomas ni de las heridas causadas de la noche anterior. Parpadeó dos veces pensando que estaba alucinando y volvió a mirar su estómago y todo seguía igual, no lo había imaginado como pensó.

− Pero qué mierda...− Se levantó de la cama rápidamente y corrió hacia al espejo para verse el labio que según él aún debía estar lastimado. Pero para su ligera sorpresa no había nada herido en su rostro.

"No pudo haber sido un sueño todo" se dijo mientras salía de la habitación.

Mientras caminaba sintió su pantalón deslizarse hacia abajo, lo tomó por los bordes para subirlo. Se quedó en medio de la sala de estar.

La verdad no tenía idea de donde ir, no sabía dónde diablos estaba y con quién rayos se encontraba en ese departamento.

Miró la puerta de salida y sin pensarlo mucho se aproximó hacia ella.

Cuando estuvo a punto de abrirla una voz se escuchó desde la cocina.

− ¿A dónde vas sin despedirte?.

Stiles se giró velozmente y sin saber por qué lo hizo se dirigió a la cocina.

Se quedó al lado de la puerta observando al tipo que le daba la espalda, stiles no pudo evitar mirarlo con atención. Y como no hacerlo si ese hombre era digno de ser admirado. Era alto, stiles calculo que podía medir más o menos 1.97 metros de altura.

Sin querer mordió su labio inferior mientras miraba su ancha espalda tras ese polo.

Negó con la cabeza.

Debía enfocarse en lo importante.

Saber qué sobrenatural era ese tipo.

− Siéntate − le dijo mientras se giraba y le indicaba que tomara asiento a su lado.

− Quiero explicaciones − contradijo.

− Y las tendrás. Pero primero come − expresó con calma. Stiles suspiró y luego tomó asiento frente al hombre. − ¿Jugo o leche?.