Cap 4 (Gotas)

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Olía genial, era como un toque a vainilla. Nos quedamos un rato viendo la tele y cuando me di cuenta de que me tenía que ir, ella me dijo que ya estaría cerrada la residencia.

-Te puedes quedar si quieres. Tengo sitio de sobra.

Le asentí con la cabeza y ella se fue a su habitación y salió de ella como la otra vez que había llamado a su puerta.

-No uso pijamas así que tendrás que dormir con la ropa que llevas o te presto una camiseta.

-Buff... me quería dar una ducha pero no pasa nada...

-Te puedo dejar unas bragas también si quieres y así te puedes duchar- me dijo con una tierna sonrisa. 

Volvió con una toalla, una camiseta de la marca Nike y una bragas de Calvin Klein grises. Me dijo dónde estaba el baño y me fui a el. 

Al salir pude comprobar que ella me miraba igual que yo cuando la vi con tan poca ropa.

-Te puedo dejar unos pantalones de chandal si quieres, o tienes frío. 

Me lo pensé dos veces, pero denege esa opción. 

-Solo tengo para que duermas el sofá, que es un poco incómodo o el otro lado de mi cama.- dijo cuando vio que estaba negandole con la cabeza la pregunta anterior. 

-El sofá está bien.- dije mirando hacia el, aunque no parecía muy cómodo.

Me dio una manta y un cojín y me dijo:

-Cualquier cosa que quieras estaré detrás de esa puerta corredera.-mientras señalaba. 

-Vale. Buenas noches.

Pasadas unas horas...

De repente mi móvil vibro y cuando me levante a por él, note que me dolía mucho la espalda. Cogí el móvil y tenía un mensaje de mi madre, no lo leí, solo me fije en la hora que era. Eran las tres de la madrugada y mañana habíamos decidido madrugar para ir a por el material del trabajo. Cogí el cojín y me dirigí a la habitación de Raquel, corrí la puerta, la observe un momento como dormía y me metí a su otro lado de la cama, porque no quería que al día siguiente me doliera la espalda. Al estar medio dormida no pensé en lo que estaba haciendo. 

Por la mañana entro un poco de claridad por la ventana y me desperté, cuando me iba a levantar no pude hacerlo porque me estaba abrazando Raquel y pude comprobar que estaba dormida. Decidí no moverme para no despertarla. Así que solo me gire para mirarla como dormía. Ella es como que noto que la estaba mirando, porque sin abrir los ojos sonrió, yo sonreí y ella justo abrió los ojos. Y logicaménte me pillo que la estaba mirando mientras la sonreía

-Buenos días, Laura.

-Buenos días.

Me di cuenta que esa escena era rara y que no sabía por qué seguía hay cuando en esas situaciones incomodas siempre me iba, pero esta situación no me parecía nada incomoda. Nos quedamos diez minutos más en la cama y luego mientras ella se duchaba yo desayunaba.

De repente un grito que provenía del baño hizo que me sobresaltara.

-¿Laura me puedes traer la toalla que te deje ayer? Que la mía está en la lavadora.

-Claro espera un momento.

Encontré la toalla encima del sofá y se la lleve al baño, ni por un minuto se me paso por la cabeza que me la podría encontrar desnuda, así que sin avisar de que entraba ni nada me metí dentro. La vi como se peinaba su cabello y como las gotas de este recorría toda la silueta de su cuerpo. Pude notar como todo mi cuerpo reaccionaba a aquello poniéndome roja como un tomate. 

-Muchas gracias Laura.- dijo guiñándome un ojo o esa fue mi impresión. 

Yo le acerque la toalla con una sonrisa y mis mejillas totalmente sonrojadas  y me fui de vuelta a desayunar.

 Cuando me puse de nuevo a beberme mi café, empezó a sonar el iPhone de Raquel. Ella con un chillido me dijo que si lo podía coger. Lo cogí y vi que en la pantalla ponía papa con un corazón. Lo descolgué.

-Hola tesoro ¿Cómo va todo?

-Hola, soy Laura su hija no se puede poner ahora.

- Vale, bueno y tu quien eres nunca me había hablado de ninguna Laura.

-Soy una amiga, compañera de clase y nos hemos conocido hace poco.

-A bien. Encantado de conocerte.

Cuando le iba a decir que igualmente Raquel me quito el móvil de la mano con un movimiento muy dulce, luego salió a la terraza con la toalla puesta, pensé que no se atrevería a salir solo con la tolla pero lo hizo. Como vi que la conversación iría para largo decidí ponerme a fregar los cacharros del desayuno.

Ella volvió a entrar a dentro y dejo el móvil en una mesilla de salón. 

-Mi padre cree que eres mi novia. ¿Qué le has dicho para que piense eso?- dijo con una sonria que nunca le había visto antes. 

-No le he dicho gran cosa, solo que no te podías poner por que estabas ocupada y que era una amiga tuya.


Siento que sea tan cortito pero es que la continuación quiere hacer algunas modificaciones porque hay cosas que no me gustan como las escribí. No os puedo decir cuando lo subiré, pero lo haré. 

¡Feliz Navidad! 


ELLAWhere stories live. Discover now