Cap 6 (Sentimientos)

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-Aun no lo sé.-pude notar que lo decía un tanto desesperada. 

-Piénsatelo que solo tienes dos semanas para pensártelo.

-Lo sé cuándo lo sepa ya os avisare.

Su abuela se marchó y  no me atreví a preguntarle qué pasaba. Aunque por dentro me moría de ganas de saberlo. 

-¿Quieres saber de qué estábamos hablando verdad?-como conseguía siempre eso de leerme la mente. 

-Sí... pero si tú me lo quieres contar claro...

Ella cogió aire y con un suspiro empezó a hablar. 

-Mi padre se va a casar, con una mujer estupenda de lo poco que la conozco por lo menos, el caso es que ella de China entonces se van a ir  vivir allí y me ha ofrecido mudarme con ellos. 

Dios a China, a la otra parte del mundo. Una parte de mi no quería que fuese pero otra e decía que era su padre, su gran apoyo. 

-No lo sé...-soltó en un medio susurro mientras se recostaba en el sofá. 

Llego la noche y decidí irme a la cama, esta vez no me iba a quedar en el sofá. Justo cuando me metí en la cama, empezó a sonar mi teléfono, que estaba cargándose en la cocina. Cuando me levante en dirección a la cocina puede ver que Raquel ya lo había cogido y que estaba hablando con mi madre con una sonrisa.

-Ahora mismo está aquí, se la paso.

-Hola hija.

-Hola mama.

Raquel mientras tanto solo se reía como si ocultara algo.

-Tu nueva amiga es muy maja y me ha propuesto que aunque os conozcáis solo de unos días, como tenéis que hacer una trabajo juntas, me ha propuesto que te borre de la residencia y que te quedes es su casa y así no te tendríamos que cobrar, ya que ha me ha dicho que de todos los días que llevas allí solo has estado 1 noche.

No me lo podía creer, como le había dicho aquello a mi madre, aunque viendo como se reía estaba claro que la situación le estaba encantando. 

-Mama no sé si es buena idea.- Raquel paro de reírse al escuchar aquello.

De verdad se pensaba que iba a aceptar algo tan impulsivo cuando todavía no la conocía.  

-Bueno piénsatelo y me lo dices ahora me tengo que ir.

-Adiós

Deje el móvil donde estaba y mire con una mirada desafiante a Raquel y sin mediar palabra me fui de nuevo a la cama. Ella se dio cuenta de que algo me pasaba por que me siguió y se tumbó al lado mío.

-¿No te gustaría vivir con migo?

-No lo sé, solo te conozco de unos días.

-Y eso que más dará, sabes que puedes confiar en mi.-me dijo mientras me pasaba una de sus manos por mi hombro.

-Dame tiempo para pensármelo que no soy tan confiada como tu crees que soy-le dije mientras me daba la vuelta para mirar su reacción.

Al darme la vuelta no esperaba que estuviera tan cerca de mí que casi mis labios rozaron sus labios. Note que ella también se dio cuenta de ello, note como se sonrojaba y como me pasaba a mí lo mismo. No sé por qué pero poco a poco estaba empezando a notar que me estaba empezando a gustar, cuando a mí siempre me habían gustado los chicos. Nos quedamos un rato mirándonos y ella dijo:

-¿Por qué me miras así?

-¿Me estaba fijando en el aro? ¿Te dolió mucho?-mentí.

-No-dijo mientras se lo tocaba con delicadeza.

-¿Tu porque me miras así?- le pregunte.

No sabía que iba a responderme, pero cualquier cosa que me diría tan cerca de mi cara haría que me temblara todo.

-Yo me estaba fijando en tus labios, esos labios tan pequeños pero tan carnosos, con ese color rosado intenso.-dijo mientras notaba su aliento sobre mi cara

Esa palabras solo hicieron que me sonrojara aún más. Después no sé por qué vino a la cabeza lo del beso.

-¿Quién era la cajera?

-Mi ex, Claudia... y si soy bisexual.

No se porque pero al escuchar que era bisexual mi cuerpo tuvo una extraña reacción. 

-¿Acabasteis mal?

-Se notaba mucho ¿No?

-Sí.

-Estábamos muy bien pero un día cuando regrese de las clases, la encontré en la cama con dos mujeres más. Y me rompió el corazón porque yo la quería mucho, creía que era la definitiva y todo.-me fije que tenía la mirada más triste mientras me contó aquello. 

Cuando oí todo aquello se me partió el alma, por lo mal que lo habría pasado así que le di un abrazo y cuando me aleje de ella, me agarro de la cintura con las dos manos, me acerco a ella y me beso. Fue un beso muy suave, muy dulce. Fue el primer beso que había hecho que todo mi cuerpo temblara mientras me lo daba y cuando dejo de dármelo. Solo me dijo:

-Buenas noches- con una sonrisa que aún me gustaba mucho más que antes.

 Me di la vuelta y no creí lo que acababa de pasar, no podía dejar de pensar en el beso. No podía quitarme la imagen de las dos besándonos apasionadamente. Toque mi labios con mi dedos, teniendo una y otra vez la imagen en cámara lenta. Hasta que me quede dormida. 

A la mañana siguiente cuando extendí el brazo para saber si estaba junto a mí, la chica que había conseguido entrar en mi cabeza, note solo la sabanas, así que me levante de la cama. Me dirigí a la cocina para ver si había madrugado para desayunar, pero ni en la cocina la encontré. Estaba en la terraza, sentada en el suelo con una manta por encima y con el portátil. Nada más verla me salió una sonrisa y de nuevo volvieron los pensamientos y la imagen del beso de la noche anterior. A lo lejos de mis pensamientos oí que mi móvil volvía a sonar. Al cogerlo vi que era mi padre y no sabía para que me llame cuando nunca lo hacía.

-Hola Laura.

-¿Qué quieres?-le dije lo más seca que pude. 

-No es nada solo me gustaría verte, ya me ha dicho tu madre que has decidido estudiar en Barcelona y no me lo habías dicho...

-Tampoco has llamado para interesarte sobre mí y mi futuro.

-Laura por favor... solo quiero verte no quiero discutir, así que si no quieres lo entiendo._se le notaba por la voz que mis palabras le hacían daño. 

Me quede un momento pensando, después mire hacia la terraza y la vi a ella, allí sentada, viendo como los primeros rayos del sol la alumbraban y marcaban su silueta. Volví a la conversación con mi padre y le dije:

-Está bien, pero si va ella me voy por donde he venido. 


ELLAWhere stories live. Discover now