Cap 5. (Inseguridad)

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-No le he dicho gran cosa, solo que no te podías poner por que estabas ocupada y que era una amiga tuya.

Al oír aquello de que su padre pensaba que era su novia, comprendí que ella era lesbiana o que era bisexual. Eso hizo que pensare en quel momento de esta mañana y se me escapo una pequeña sonrisa. 

Nos vestimos, yo como no tenía ropa me tuve que poner la ropa del día anterior que había dejado en el sofá. Y ella se fue a vestirse a su habitación. Me di cuenta que las zapatillas estaban en su habitación, ya que me las deje cuando fui por la madrugada. Así que fui y cuando abrí la puerta, vi su espalada y contemple  tatuaje que tenía en ella. Era una frase que estaba en toda la columna vertebral. Se dio la vuelta y me dijo:

-¿Qué te falta?-me pregunto pillándome de pleno mirando su tatuaje. 

-Las zapatillas. -dije algo avergonzada cuando vi que me había pillado.-  Por cierto me encanta el tatuaje que tienes en la espalda.

-Gracias,- note como se le sonrojaban un poco sus mejillas- las zapatillas las tienes allí, en la ventana.

Mientras me calzaba, no podía dejar de mirarla de reojo como se ponía la ropa, con delicadeza y serenidad, sin ninguna clase de prisa. Cuando ya estábamos preparadas  aún no sabía a dónde íbamos a ir a por el material del trabajo, ya que necesitábamos madera y muchas herramientas.

-¿Te dan miedo las motos?

-Nunca he montado en una-le dije sin saber a qué se refería con aquella pregunta.

-No me esperaba esa repuesta, bueno pues creo que va a ser la primera vez que vas a montar en skate y moto.

Cogió dos cascos que tenía en un armario y entonces ya descubrí a que se refería, y no sabía que hacer porque a mí eso de ir detrás de una moto no me parecía nada seguro, por eso nunca había dejado que nadie me llevara en la moto, ni siquiera mi antigua pareja. Bajamos al garaje y allí descubrí su moto, era una Harley Davidson modelo Sportser Iron 883 color mate según lo que me dijo. 

La verdad que era preciosa pero cuando me ofreció el casco me vinieron a la cabeza pensamientos negativos. Ella parece que se dio cuenta de aquello, así que se acercó a mí y me cogió de los hombros, mientras me miraba a los ojos con una tierna mirada y me decía:

-No tengas miedo, confía en mí y si voy muy rápido dímelo y modelo la velocidad para que tú vayas bien.

Después retiro sus manos de mis hombros y me puso el casco, como me quedaba un poco grande lo graduó. Nos fuimos y cuando llegamos al Ikea,  me baje de la moto descubriendo  que no había sido para tanto.

Allí nos encontramos con Hugo y Marco pero no creo que fuese una coincidencia ya que ellos no daban lo mismo que nosotras.

-Espero que no te moleste pero les he dicho que vengan para que ellos lleven el material es su choche.- me comento mientras se iba acercando a ellos para saludarle con un abrazo y un beso. 

-Menos mal que has caído...-susurre. 

Luego vi que Hugo y ella se fueron para adelante y que empezaron a hablar y ella parecía muy preocupada. Yo me quede con Marco quien se dio cuenta de que los estaba mirando con preocupación.

-No te preocupes, suelen hablar mucho poniendo esos gestos.

Creo que lo dijo para que no me preocupara, pero  no se porque no llegue a creer ninguna de esas palabras. Sabía que no me iba a enterar de que era lo que pasaba así que decidí esperar para preguntar cuando llegáramos a su apartamento. 

Nos lo pasamos genial los cuatro y a Raquel le volvió la sonrisa que tanto me gustaba. Noto que no paraba de mirarla así que me miro con una mirada tierna que hizo que no existiera nadie más aparte de nosotras. Cuando fuimos a la caja Marco y yo íbamos delante y de repente con una cara seria Marco dijo:

-Mierda.-lazo mientras pude ver como buscaba la mirada de su novio. 

-¿Qué pasa?

-Ahora te darás cuenta.- me respondió sin mirarme a la cara. 

De repente la cajera grito:

-¡Raquel!

A ella se le fue la sonrisa de la cara, se acercó a la cajera para que los que estábamos presentes no nos esterásemos de lo que pasaba, pero la cajera tenía una voz un poco potente o gritaba demasiado para llamar nuestra atención  y nos enteramos de todo.

-Hacia mucho que no te veía Raquel, desde que lo dejamos.

Cuando oí esas últimas palabras algo por dentro se me rompió, solo con pensar que ella había estado con ella me daba rabia. ¿Acaso eran celos?. Raquel parecía agobiada no la había visto tan apagada desde que la conocía.

-Hay que ayudarla Marco- dijo Hugo en un susurro un tanto alto.

Ellos nos sabían que hacer, pero la cajera no paraba de hacerle preguntas un poco incomodas para ella o eso parecían. A mí solo me vino una solución a la cabeza. Me acerque a ellas con valor y puede oír como la cajera le decía que la echaba de menos. Entonces yo con todo el valor del mundo la cogí a Raquel de la mano y la bese en la boca. Bien sabia que después me podría arrepentir pero solo se me ocurrió hacer aquello. La cajera y Raquel se sorprendieron. Luego yo para que el silencio no me pusiera más nervioso de lo que ya estaba dije:

-¿Qué pasa cielo? ¿Quién es esta?

Creo que Raquel aún estaba asumiendo lo que acababa de pasar y luego por fin dijo:

-Nadie una ex mía. Claudia esta Laura ,mi...-note lo nerviosa que estaba-

-Su pareja, mucho gusto- dije mientras le estiraba la mano. 

Claudia me hecho una mirada asesina y yo otra, no sabía que me estaba pasado, por que estaba tan segura de lo que estaba haciendo. Con lo vergonzosa que era siempre. 

Nos cobró todo sin quitarme la vista de encima. Al salir del Ikea ella o mejor dicho ninguno de los cuatro, dijimos nada de lo que había pasado.

Cuando Hugo y Marco se macharon para el apartamento de Raquel yo aproveche para hablar con Raquel.

-Siento lo que ha pasado antes.- ahor notaba como todos mis inseguridades asomaban. Ahora era cuando me volvía a reconocer. 

-No tienes que sentir nada, me has sacado de una, eso si no me esperaba todo eso.-dijo con la sonrisa que me removía todo el estómago.

Cuando llegamos a casa nos pusimos a descargar todo lo que habíamos comprado y después ellos se fueron a la residencia. Yo tenía que haberme ido con ellos pero Raquel me dijo que me quedara. Mientras estábamos viendo la tele alguien llamó al timbre, ella abrió la puerta y se puso muy contenta al ver quien era. Era su abuela y ella le había abierto la puerta con bragas y solo una camiseta, entonces me di cuenta que yo estaba igual que ella. La primera reacción que tuve fue de taparme con un cojín del sofá cuando su abuela entro en esa habitación. 

-No te preocupes pequeña, ya he visto a más de una así. Y sobre todo en esta casa- me dijo la abuela con una sonrisa que ya se me hacia familiar, era la misma que tenía su nieta.

-Abuela esta es Laura, una amiga.-dijo un poco sonrojada. 

-Con que una amiga ee...-dijo su abuela de chanza. 


Luego me dejaron en el sofá y se fueron al comedor, que estaba muy cerca así que me pude enterar de todo lo que estaban hablando.

-¿Te ha llamado tu padre?

-Sí, me ha llamado.

-¿Qué vas a hacer?-le dijo su abuela con una voz preocupante. 




La imagen es la moto de Raquel, para cuando os la imaginéis. 

ELLAWhere stories live. Discover now