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Pov Alba.

Ya llevaba un mes en Madrid. Ya no sentía miedo de no encajar o de cagarla. Todo estaba perfecto con todos. Era una más del grupo. Sentia que esa casa era mi hogar y no tenía queja de nada. La semana que viene empezaría a trabajar en un bar. Quería tener mi propio dinero y no depender de nadie. Había vuelto a dibujar aunque no como antes, pero algo era. Me había unido mucho a Maria, era mi mejor amiga aquí. Se lo contaba todo y me pasaba bastantes horas con ella en su piso. Con Natalia la cosa cada vez se me iba mas de las manos. La tensión sexual entre nosotras había crecido, pero también los sentimientos. Se portaba muy bien conmigo, siempre se preocupaba y respetaba mi espacio cuando lo necesitaba.

El tonteo entre nosotras cada vez era mas. Hablábamos por was bastante, aunque sólo decíamos tonterías, pero nos tirábamos bastantes pullitas. Desde aquella noche de fiesta en la que me cuido no hicimos más, Joan tuvo uno resaca de una semana entera, pero hoy seria una fiesta por todo lo alto. Íbamos a salir a una discoteca para hacer algo diferente y ya que empezaba a trabajar y los findes poco podría hacer.

Ahora estaba en casa de Maria fantaseando sobre esta noche.

-Pero tia, lánzate ya- decia mientras miraba qué ropa se pondría- se le nota en la cara que lo esta deseando.
-¿Que dices Mari?- le dije riendo- sólo somos amigas, hay tonteo y tal pero nada más, ademas a ella no le gustan las tías.
-A ver imbecil, ¿acaso eres ciega y no me había dado cuenta?- se giró para mirarme- ¿no has visto el repaso que te da cada vez que te ve? ¿O como te mira embobada la boca cuando hablas cerca de ella? Natalia no es de las de mente cerrada, no creo que le afectara para nada tener una experiencia más en su vida.
-¿Y si acostarme con ella cambia la relación de amistad que tengo ahora?- le dije levantándome- ademas no la quiero para un polvo y ya esta, Natalia me importa.
-Mira de verdad chica-dijo dándose por vencida- que tonta eres.
-Tonta tu que has dejado perder a una tía como Marta- le dije dándole una palmada en el culo para luego salirme de la habitación.
-¡Al final te mato Reche!- gritó desde la habitación.

Cuando empezó a contarme sus cosas me contó su drama con Marta. Ella quería algo más que lo que tenían, pero Maria no quería nada serio. Marta simplemente se canso de insistirle y paso de ella.

Me senté en el sofa y cogí el móvil. Tenia un mensaje de Nat.

"Oye rubia, ¿me dejarías los aros plateados para esta noche? No encuentro los míos."

Le iba a contestar un "Si", pero yo no era de esas.

"A ti te dejo lo que quieras, nena."

Nuestras conversación se volvieron eso, tonterias con dobles sentidos. Su respuesta llegó enseguida.

"No me hagas pedirte lo que quiero Reche, te sorprenderías."

No pude evitar reírme. Si me quería pedir lo que yo quería pedirle a ella la noche acabaría por todo lo alto.

"Soy todo oídos para que me pidas, Lacunza."

Sabia que no iba a llegar mas lejos.

"Jajajaja que tonta eres de verdad. Nos vemos a la noche."

Como era de esperar, siempre lo mismo. Se echaba atrás cuando veía que le seguía el juego. Bufé dejando el móvil y volví a la habitación con Maria.

Pov Natalia.

Me sentía tan frustrada. Sabia de sobra lo que quería Alba, lo mismo que quería yo, pero siempre me frenaba. Demasiadas cosas podían salir mal. Teníamos buena relación y no quería que esto lo jodiera todo. Por otro lado era la hermana de Joan y no sabía como a él o a Sabela les podría sentar esto. No tendría porque sentarles de ninguna manera porque no es cosa suya, pero no le había dicho nada a Sabela de que me gustaba Alba, bueno mejor dicho no se lo había contado a nadie y necesitaba ya sacármelo de dentro.

"Amiga ¿puedes venir a mi casa?, necesito contarte algo."

Le mande el mensaje a Marta y me quede esperando a que contestara. No tardo.

"En 10 estoy ahí."

Marta llevaba semanas insinuando que le contara lo que me pasaba. Ahora llegaba el momento y no lo iba a pensar mas. Llamaron a la puerta.

Nos sentamos en el sofa y suspiré varias veces.

-Venga Nat, cuentame- me dijo impaciente.
-Me gusta Alba.- le solté sin pensarlo.
-Pero eso yo ya lo sabia- dijo como si le acabara de decir que el cielo es azul.
-¿Que?- le dije sin entender su reacción.
-Joder tia, he visto como la miras, bueno mejor dicho como os miráis, creo que eso lo saben todos.
-Joder Marta, no ayudas eeh- dije recostándome en el sofa.
-¿Y que quieres que te diga?-gesticulo con las manos- se nota que os gustáis, lo único que no entiendo es porque no os habéis follado ya.- Me puse de pie sorprendida.
-A ti follarte a la Mari te a jodido el cerebro o algo, no quiero cargarme la amistad que tenemos- ella también se levanto para intentar calmarme. Solo el simple echo de pensar en follar con Alba me ponía nerviosa.
-Pero si lo que queréis las dos es eso no tiene porque cambiar nada. El truco está en hablar las cosas antes de que no podáis controlarlas, como me paso a mi.- Sabía que el drama con Maria le seguía pasando factura aunque no dijera nada.
-No se Marta, ya veré como van pasando las cosas.

Estuvimos un rato más hablando hasta que se hizo la hora de prepararnos para la noche.

Pov Alba.

-Madre mia nena, vas a matar a Natalia- Me dijo María mirándome de arriba abajo.
-Cállate anda, no quiero matar a nadie.- dije riéndome.

Me había puesto unos pantalones ajustados con un top negro acompañado de una camiseta de gasa. Me había dejado el pelo suelto. El maquillaje de mis ojos era lo que mas resaltaba.
Fuimos a mi casa a esperar a que llegara el resto. Joan, Sabela, Julia, Noelia, Famous, Carlos y Africa ya estaban en el piso. Maria y yo nos unimos con ellos a tomarnos una cerveza mientras hacíamos tiempo. Llamaron a la puerta y fui a abrir.

Eran Natalia, Marta, Marilia, Damion y Dave. Salude a todos dejando a Natalia para el final.

-Estas muy guapa- le dije mirándola descaradamente. Iba con unos vaqueros negros rotos, con sus botas negras y una camiseta blanca con un dibujo abstracto y una chupa de cuero. Tenia sus ojos perfectamente perfilados y los labios muy rojos.
-Tu no te quedas atrás.-dijo señalándome con el dedo. Le sonreí como respuesta.- ¿Me dejas los pendientes?- Me pregunto.
-Si, ven.- la cogí de la mano y me la lleve a mi habitación.

Desde que me llevo a la cama en aquella fiesta no había vuelto a entrar. Ahora estaba diferente. Había colgado algún dibujo y tenía un par de fotos en el escritorio y la mesita de noche.

Cuando entramos fue directa a un dibujo que había colgado. Era el paisaje que dibujé viniendo a Madrid. Lo sentía como un dibujo importante.

-¿Lo has echo tu?- Me pregunto.
-Si- le dije mientras buscaba los pendientes en el joyero.
-No sabia que dibujabas. Lo haces increíble.-Me dijo sonriendo.
-Gracias- Me acerque a ella- Toma- le di los pendientes. Los cogió pero no nos movimos. Estábamos cerca y la mirada fija. La desvíe un momento a sus labios y vi como ella hacía lo mismo. Le roze la mano con mis dedos y seguí subiéndola acariciandole el brazo. Lentamente. Ella puso la mano en mi pelo poniéndomelo detrás de la oreja, acercándose un poco mas. Nuestras respiraciones empezaban a agitarse un poco.

-No empiezes nada si luego vas a echarte atrás- le dije en un susurro sin dejar de mirarle los labios.
-No me piques Alba, estas jugando con fuego.- Sus ojos me miraban intensamente.
-Estoy deseando quemarme contigo, Nat- le dije acercándome más a ella.

Ella se inclinó, estabamos apuntó de besarnos, pero nos llamó Sabela. Del susto me fui muy lejos de ella del salto que di. Ella se puso a reír y salió de la habitación.

Desde luego la noche iba a ser muy interesante.

Stay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora