Después de aquella tormenta de nieve, la princesa fue con su amigo alquimista para darle su apoyo aunque ya era demasiado tarde. Sin embargo, ella estaba allí, lo cual calmó el corazón del pequeño, evitando que se derrumbase por la pérdida de su pa...
Rapunzel caminaba con paso apresurado, Eugene casi corría para poder alcanzarla. Él sonrió, su amada estaba completamente motivada y decidida, y eso lo hacía feliz. Llegaron al establo real y ensillaron a su más leal corcel, Maximus. Mientras Eugene llenaba una mochila con suministros de emergencia, Rapunzel se acercó a Max y lo miró a los ojos sosteniendo su barbilla con una mano. -Max, necesitamos ir a una aldea cercana – le dijo la princesa. –Dijo mi madre que es a un par de horas de aquí, pero necesito que sea lo más pronto posible, tenemos que ir y volver rápido. La vida de Varian depende de nosotros. ¿Entiendes? – la princesa terminó y el caballo asintió.
Ella le acarició la mejilla y le dio un beso en la nariz. Ambos montaron y se sujetaron con fuerza, permitiendo que Max fuera tan rápido que casi parecía volar. Eran cerca de las 3 de la tarde y el sol brillaba con fuerza sobre dorados cabellos de la princesa. Dentro de poco, Max se perdió entre la espesura del bosque.
Cassandra estaba en una silla al lado de la cama de Varian, leía un libro de bolsillo que parecía interesante. El joven alquimista jugaba con Ruddiger, le hacía seguir sus manos como si estuviese cazando algo, luego lo tomaba y hundía su nariz en el peludo abdomen del mapache que se retorcía como si le hiciera cosquillas. Entonces se escapaba de las manos de su humano y el juego volvía a empezar hasta que era atrapado nuevamente. Cassandra sonrió al ver la escena.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Oye, nerd – dijo Cassie llamando la atención de Varian. - ¿Sí? – respondió él mirándola desde la cama. - ¿Alguna idea de quién pudiera haberte querido hacer daño? Me refiero, a este nivel. Esto es mucho más allá de una broma. -Tengo una teoría – respondió él volteando su mirada hacia Ruddiger para acariciarle la panza. –Estuvo en mi laboratorio poco antes del accidente y es notorio que no soy de su agrado. El problema es que no tengo nada para comprobarlo y podrían argumentar que son calumnias porque él tampoco me agrada. Creo que fue Nigel. - ¿Nigel? ¿Estás seguro? -Un 98%, el otro 2% son sucesos circunstanciales y completas tonterías que imaginé solo para tener otras opciones- se encogió de hombros. –Quiero creer que aquí nadie más me odia tanto como para poner amoniaco en mi experimento esperando que me intoxicara y muriera. -Pues vamos a destruirle su plan, porque tu no vas a morir.
Las entrañas de Varian se encendieron quemando el interior de Varian. Él apretó su abdomen con sus brazos asemejando abrazarse a sí mismo mientras se retorcía por el sentimiento agonizante, se giró dándole la espalda a Cassie y comenzó a toser fuerte. Ella se levantó y rodeó la cama para verlo de frente. Sí, una vez más había sangre brotando de su boca. Cassie acarició la cabeza de Varian metiendo sus dedos a través de su cabello. Suspiró con fuerza, estaba harta de no poder hacer nada, de sentirse impotente ante tal situación.
El acceso de tos terminó y Varian cubrió sus ojos con el antebrazo. "No vas a morir" había dicho Cassie, si solo supiera cómo dolía. Varian tenía sus dudas. Él... ¿Realmente iba a sobrevivir? Con cada ataque de tos que le daba, cada vez que vomitaba sangre, cada vez que ponía atención a la agonía de su cuerpo, la respuesta siempre era la misma: no. El tiempo pasaba y sus esperanzas disminuían.
