Capítulo 48: Otakus futboleros

26 8 5
                                    

Cinco minutos después, el resto de los miembros de SPEED se reunió con nosotros, les presenté a mi hermana y les platicamos acerca del reto que nos propuso.

Naturalmente aceptaron gustosos.

Por cierto, Jim los acompañaba, también les había ayudado casi todo el día a adornar.

Aunque apenas han pasado unos cinco días, he notado que Jim pasa bastante tiempo con nosotros para ser un extranjero que vino con un montón de mineros a explotar la tierra.

Siento que en realidad se la pasa muy bien con nosotros pero no lo admite porque aún es un poco tímido.

Esperamos a que Gibrán consiguiera un balón de futbol en su casa y después de eso, nos dirigimos a las canchas de afuera del pueblo, las mismas en la que tuvimos nuestro primer y único encuentro con Nipponkenkyo.

Para ese momento ya estaba oscureciendo y el cielo estaba cambiando de color naranja a un tono cada vez más oscuro y ya empezaban a centellear las primeras estrellas.

Otra noche despejada y sin tanto frio como normalmente no es costumbre aquí.

Aun así la oscuridad no dominó completamente el panorama porque los postes de luz ya estaban prendidos.

─Y bien ─dijo la líder de SPEED una vez entró al campo─ Somos diez ¿Cómo organizaremos los equipos?

─No habrán equipos ─contestó Renata sonriente mientras tomaba el balón y jugaba un poco con el─ Serán todos ustedes contra mí.

─¿No estarás hablando enserio verdad? ─replicó Claudio.

─Ella habla enserio ─le dije.

─Me situaré en una de las porterías y todos tendrán que evitar que yo anote en la otra ─dijo─ Tendrán que quitarme el balón.

─No puede ser ─comentó Guadalupe─ Somos nueve contra una, no podría hacerlo ¿o sí?

Sé que mi hermana es muy hábil en el futbol, pero ¿de verdad podría burlar a nueve personas?

Independientemente de que esas nueve personas tengan experiencia o no en el futbol.

Renata se situó en la portería que había dicho, puso el balón en posición y ella también lo hizo.

Todos los demás nos dispersamos por toda la cancha y estuvimos atentos.

─Oye ─oí que Martina hablaba un poco con Jim que era el más cercano a él─ ¿Has jugado futbol alguna vez?

─No ─contestó el canadiense─ Yo... ehhm, no jugar mucho con amigos en Canadá.

─Yo si ─contestó la niña─ Pero no sé mucho, todavía me sorprende que mi equipo escolar haya llegado a semifinales.

─No es tan difícil ─intervino Mayra Páez─ Solo tenemos que quitarle el balón, Eliseo dijo que su hermana era muy buena en el futbol, pero no creo que pueda contra nueve.

─De acuerdo ─comentó también Angelina─ Podemos ganarle.

Al parecer yo era el único que no estaba confiado en ganarle, y bueno, eso es porque la conozco muy bien, sé muy bien cómo juega, después de todo, es mi hermana.

Esperen, quizá eso podría ayudarme a ganarle.

Bueno, quizá no, yo prácticamente jamás he jugado futbol en mi vida.

No es lo mismo verla jugar todo el tiempo a jugar contra ella.

Pero bueno, si todos estaban convencidos de que le podrían ganar, creo que debo de confiar en ellos ¿o no?

Yatareni (PRIMERA VERSION)Where stories live. Discover now