Capítulo 68: Eliseo y Martina

23 5 6
                                    

Temprano al día siguiente, que era domingo, pasé a la casa de la niña para que fuéramos a comprar su vestido, pero como aún no estaba lista, decidí esperarla afuera.

Mientras tanto, conversé un poco con el abuelo de Martina.

Ya a esa hora estaba sentado frente a su jacal viendo el pasar del tiempo.

El abuelo comenzó a hablarme de cuando era niño y cómo durante su infancia vivió acontecimientos como la guerra cristera.

De ahí cambió el tema a leyendas que yo no conocía, y posiblemente ni mi madre ni mi tía las sabían.

Y de ahí cambió al tema de la política, de su opinión sobre la minera que se había ido y de otras cosas más.

Así era él, podría comenzar hablando de una cosa y después sin percatarse, cambiaba de tema.

Pero todo lo que él contaba lo contaba de un modo que te atraía, te generaba interés, aun cuando fueran cosas que ya conoces.

Un día, quizá cuando tenga más tiempo, me gustaría conversar más tiempo con él, como es de las personas de más edad en el pueblo, seguramente sabe muchas cosas.

Estuvimos hablando, o mejor dicho, él estuvo hablando, hasta que la niña salió preparada para que nos fuéramos.

Fue un poco peculiar, verla vestida de una manera muy diferente a la que estoy acostumbrado.

Ella siempre usa ropa tradicional, a veces muy colorida, pero esta vez, vestía de una manera más "citadina"

Unos jeans de mezclilla y una playera con un personaje de anime que no pude identificar porque llevaba también una chaqueta que combinaba con su pantalón.

Usaba también unos tenis blancos y unos tines y cargaba una pequeña mochila a su lado, más bien una bolsa.

Pero lo que más me sorprendió fue su peinado.

No tenía las mismas trenzas que siempre tiene, su cabello estaba suelto y le llegaba hasta un poco más abajo del hombro.

Creo que jamás la he visto peinada sin sus trenzas.

Ni siquiera yo me había arreglado tanto.

─Estoy... lista ─dijo nerviosa─ ¿Qué tal... me veo?

─Bien ─respondí un poco incómodo─ Te ves... un poco mayor.

Y sonrió.

Aunque le faltaba estatura, vestida así, parecía tener unos 18 años.

Nos despedimos de sus abuelos, los cuales nos dijeron que no llegáramos tarde.

Nos dirigimos a la parada del autobús que nos llevaría a Sayula.

Lo mire por donde lo mire, y aunque yo no quería aceptarlo, nos veíamos cono una pareja que va a una cita.

Aunque ella si se vistió como si fuéramos a una.

Y no me agradaba porque ella era menor de edad, y si alguien lo supiera, quizá me metería en problemas.

Aunque simplemente podría decir que es mi hermanita.

Pero decidí olvidarme de todo eso, yo únicamente la acompañaría a comprar su vestido.

Tomamos el camión y una hora después ya estábamos en la cabecera municipal.

─¿Y bien? ─pregunté─ ¿Dónde venden el vestido?

─En el mercado ─respondió─ Abue dice que hay una parte donde hay muchos locales que rentan y venden trajes para toda ocasión, vestidos y cosas de ese tipo.

Yatareni (PRIMERA VERSION)Where stories live. Discover now