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Las semanas pasan, como tiene que ser, tal vez Alec algún día haga una obra sobre lo rápido que avanza el tiempo.

La exposición estara allí dos meses más de lo previsto, y un orgullo sano le recorre la espalda cada vez que lo piensa. Pero junto con ese orgullo se encuentra una sensación que no es capaz de identificar con facilidad. Algo que le pone muy histérico, esta acostumbrado a saber cada emoción que siente, como plasmarla o que colores usar. Es algo que me viene desde

Pero cuando se pone a pensar en ella unos hermosos ojos  que ha visto en unas cuantas ocasiones.

No tiene sentido Alexander- le decía  completamente serio esa mañana mientras discutían sentados en un banco. - esas manos estan obviamente intentado tocarse.

-se estan alejando, es obvio, las líneas claramente van hacía los bordes del cuadro.

Un movimiento dramático de manos por parte del guía fue la única contestación que tuvo antes de que su jefe lo llamara para ir a trabajar. El efecto fue inmediato, la sonrisa de Magnus cayó y sus ojos se apagaron momentáneamente, para después recuperar su brillo para mirar a Alexander con una gran sonrisa.

-Hablamos luego Alexander. 

EL problema es que no pudo hablar con él en lo que quedo de día, estaba demasiado ocupado y Alec seguía siendo un artista con trabajos y entregas que cumplir a tiempo. Apenas consiguió volver a ver los fascinantes ojos de Magnus antes de irse y que los turistas se enfadaran con él por bloquear su entrada y salida. 

Por  una vez más estaba total y completamente de acuerdo con Magnus, estúpidos turistas, siempre lo arruinan todo. 

Art In Your LookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora