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CAPÍTULO TRES: DISCUSIONES FAMILIARES.
Jasmine se estaba preparando un sandwich ya que estaba hambrienta cuando su hermano ingresó al lugar, abriendo la puerta con tanta fuerza que esta golpeó contra la pared antes que la volviera a cerrar haciendo un estruendo.
— ¿Qué pasa?—, inquirió a la chica, girándose alarmada hacia Sam.
— ¡Jacob arruinó todo!—, gritó y soltó un gruñido lobuno.
Jasmine mantuvo su distancia, nunca había visto a su hermano tan enojado —. ¿Qué arruinó Jacob?
— ¡El plan!—, volvió a gritar Sam, tomando su cabeza entre sus manos —. Bella está embarazada y, lo que sea que hayan creado, no podrá controlar su sed. ¡La ciudad está en peligro! ¡Nosotros lo estamos! ¡Incluso tú! Pero Jacob es un necio y no quiere que asesinemos a Bella, y entonces se fue a avisarle a los Cullen que iríamos. Ese idiota dejó la manada y--.
— ¿Qué?—, interrumpió Jasmine, pasmada —. ¿Asesinar a Bella?
Sam miró a su hermana, como si ella fuera tonta y no entendiera —. Sí, ¡no podemos dejar que esa cosa nazca! Una vez que lo haga, acabará con todo--.
— ¡Ni siquiera sabes si es un vampiro!
Sam miró a su hermana, perplejo —. No vas a decirme que tú también--.
Jasmine se aseguró de tener su teléfono celular en su bolsillo trasero antes de caminar hacia Sam, acercándose a la puerta —. ¿Realmente estás diciéndome que piensas matar a alguien?
— ¿Acaso no entiendes que todos corremos peligro?
— ¿Y tú solución es matar a Bella? Ella sigue siendo humana, se supone que tienes que protegerla.
—Bella tomó su decisión, yo tomaré la mía—, espetó pero, ante la mirada que recibió por parte de su hermana, apretó la mandíbula y alzó la voz —. ¡Esa cosa podría acabar con la vida como la conocemos, Jasmine! Estoy haciendo esto para proteger a todos. Si puedo salvar a cientos de personas al sacrificar a una, lo haré.
Los hermanos guardaron silencio por un momento, ambos mirándose a los ojos. La chica retrocedió en dirección a la puerta y tomó el pomo, sin animarse a darle la espalda a Sam.
—Jas, por favor, no lo hagas—, rogó.
La morena negó, girando el pomo de la puerta y abriéndola —. No voy a quedarme aquí—, sentenció antes de salir corriendo lo más rápido que pudo.
Jasmine no se detuvo hasta encontrarse en la ciudad de Forks, asegurándose que su hermano no podría escucharla. Entonces tomó su celular y llamó a Jacob, quien atendió al segundo —. Hola, Jas.
