Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
CAPÍTULO DOS: QUERIDO TÍO JAY.
Jasmine Uley volvía feliz a la casa de su hermano. Después de haber conversado un rato, Embry y Seth se marcharon para dejar a las chicas tener una conversación privada. Las dos decidieron rememorar una de sus tradiciones.
Todos los viernes, después de clases, ellas caminaban hasta una heladería de Forks y volvían a la reserva. Una le elegía los sabores a la otra y, normalmente, terminaban cambiando sus helados entre ellas porque al final no les gustaban y querían el de la otra.
Mientras caminaban en dirección a la heladería hablaron sobre todo lo que le había pasado a Leah. Ahora que Jasmine había escuchado la versión de cada uno, comprendía todo. Ella no estaba molesta con nadie puesto que comprendía las diferentes perspectivas, pero también entendía por qué Leah se comportaba de esa forma.
Después de pedir sus helados, comenzaron su retorno y retomaron una conversación mucho más relajada. Hablaron sobre la escuela, sobre el futuro, sobre la manada e, incluso, cambiaron sus helados mientras reían.
Leah también la explicó a Jasmine todo sobre los Cullen y sobre Bella Swan. Al respecto, Jasmine no sabía qué pensar. Su imagen sobre los vampiros no era precisa en absoluto. Cada vez que ella pensaba en la familia Cullen, se imaginaba a unos seres realmente feos, con ojos rojos que le ponían la piel de gallina y una piel tan pálida que le sorprendía que no pudiera ver a través de ellos.
Resulta comprensible que tanto Leah como Jasmine se sorprendieran de encontrarse tranquilas, incluso felices en compañía de la otra. Cuando llegó el momento de separarse, se miraron con una sonrisa.
—Te extrañé—, admitió Jasmine antes de abrazar a su vieja amiga.
Leah le devolvió el abrazo mientras murmuraba —. Gracias por volver, te necesitaba.
Ella misma no se había percatado de lo mucho que necesitaba a su mejor amiga hasta ahora. Y Jasmine podría decir lo mismo. Había extrañado su compañía, sus chistes privados y su carácter.
Antes de entrar a la casa de Sam, Jasmine escuchó a Quil Ateara llamarla. Ella se giró para encontrarse con el chico trotando en su dirección, cargando entre sus brazos a Claire que reía sin parar.
—Emily me dijo que la trajera con ella y estoy llegando tarde a la ronda—, explicó rápidamente Quil, dejando a Claire en el suelo y ayudándola a mantenerse en pie.
Jasmine rió —. Corre lobito—, se burló antes de agacharse y sonreírle a Claire —. ¿Te acuerdas de mí?
Claire miró a la morena y rió, recordando que esa mañana fue ella quien le dio unos dulces a escondidas a pesar que Emily le había que no. La niña aplaudió —. ¡La tía Jassie!
