FLOR SALVAJE

𝟬𝟭𝟭 gestos solemnes

CAPÍTULO ONCE:
GESTOS SOLEMNES.

                    — ¡Si vas a pelear, voy a estar justo a tu lado!—, gritó Jasmine mientras Jacob caminaba hasta su garaje.

      El chico bufó, girándose hacia la chica y alzando los brazos —. No sé cuántas veces voy a tener que repetirlo para que lo entiendas, Jas, ¡pero eres humana! ¡No puedes estar ahí!

      —No cambies la discusión—, negó la morena, cruzando sus brazos por sobre su pecho.

      Jacob alzó las cejas —. No la estoy cambiando.

      —Sí. El problema no es que sea humana, ¡sino que vas a pelear!

      El lobo rodó los ojos —. Es mi decisión, Jasmine.

      La chica se acercó e intentó golpear su pecho, pero Jacob la detuvo al tomarla por las muñecas. Ella bufó, sabiendo que la estaba protegiendo a ella en lugar de a él —. Si vas ahí, voy a morirme. Jake--.

      El alfa negó —. No, no vas a darme ese discurso--.

      —Vas a matarme—, retomó la palabra la morena —. Porque te amo, Jacob. Creo que siempre lo he hecho, pero nunca me dí cuenta. Cuando estaba en Seattle no podía pasar un día sin recordarte, y ahora no puedo sacarte de mi cabeza ni un segundo. Por favor, Jake, no vayas. Te necesito, necesito que estés conmigo.

      Jacob no esperó a nada más. Ella le dijo que le amaba. Jasmine Uley lo amaba. Eso era suficiente para él. Y con toda la velocidad que le otorgaba su condición sobrenatural, aún no fue lo suficiente rápido para él el unir sus labios con la chica que amaba.

      La chica colocó sus manos sobre las mejillas del chico que había conocido por toda su vida y devolvió la acción con toda la energía que albergaba su cuerpo. Las manos de Jacob se aferraron a su cintura, acercándola más a él antes de posarse sobre sus muslos y hacerla saltar para sostenerla entre sus brazos.

      Jasmine se separó en busca de aire y sonrió antes de volver a unir sus labios nuevamente.

      Todo era distinto ahora.