Capítulo 18

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Porque lo prometido es deuda, esta semana acabamos con esta historia. Gracias a quienes han venido apoyándome con sus ideas y palabras de aliento, ha sido un largo camino pero estoy feliz de haberlo recorrido. Nos leemos pronto!
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MATANZA


Irrumpimos al aire libre, el cielo de la tarde más negro que la noche. El ciclón que había sido Cronos había desaparecido, regado por el cielo y luchando contra puntos de luz que parecían estrellas. El Consejo. Agaché la cabeza. Si mi madre me veía y se distraía…

Ese tenía que ser un riesgo que estaba dispuesta a tomar. Mi madre era fuerte. No dejaría que Cronos obtuviera lo mejor de ella. Si tenía alguna posibilidad de atravesar por todo esto, no podía dudar de ella. No podía dudar de mí misma.

Jess estaba de pie en el borde del techo, con el pelo batido en el viento y la cabeza inclinada hacia arriba, hacia el corazón de la batalla. Lena estaba a su lado, con los brazos protegiendo un montón de mantas blancas de los granos de arena que cortaban el aire como balas. ¿Qué estaba haciendo, trayendo a Noah hasta aquí?

Empujé a un lado mis protestas. Noah era inmortal, y no había ningún lugar seguro para él que con Lena. No podía distraerme.

—Jess —grité. Mi voz estuvo a punto de perderse en el viento, pero ella me miró, con las cejas arqueadas por la sorpresa.

—Así  que realmente  eres tan estúpida  como pensaba que eras  —dijo mientras caminaba hacia mí, dejando a Lena y Noah atrás—. ¿Vienes a morir?

—No del todo. —Agarré el cuchillo enganchado. Tenía que ser tan bueno como su daga—. Deja a Lena y Noah irse. Esto es entre tú y yo.

Los ojos de Jess se abrieron inocentemente.

—Lena es libre de irse cuando quiera. No es mi culpa que me eligiera por sobre ti.

Mi sangre hirvió.

—¿Cómo se siente saber que tu realidad no es más que una fantasía que has inventado y chantajeado para que suceda? Nadie te ama. Ni tu marido, ni tus hijos, ni tus hermanos o tus hermanas… nadie.

El aire alrededor de ella crujió de enojo.

—¿Crees que me importa? Yo gano, Kara. Tengo todo lo que siempre has querido, y pronto todas las personas que amas estarán muertas. Vas a pasar la eternidad sola, y nadie va a estar ahí para salvarte nunca más.

—No se trata de ganar. —Di un paso hacia ella—. Incluso si nunca dejas ir Lena, en algún lugar dentro de ella, siempre va a amarme porque quiere hacerlo, porque estamos bien juntas. No porque Ava le obligó a ello. Y no importa qué tan sola esté, siempre tendré la tranquilidad de saber que al menos alguien en el mundo me ama porque quiere. Pero tú… no eres nada más que una perra atroz, solitaria y sin amor, y eso es todo lo que siempre vas a ser.

Jess chilló y arremetió hacia mí. En los pocos segundos que teníamos, Ava  trató de empujarme detrás de ella, pero la esquivé y corrí hacia Jess, agarrando la curva del cuchillo. Tenía una oportunidad, y estaba malditamente segura de que iba a tomarla.

Chocamos, inmortal contra inmortal, y la fuerza de eso casi me mandó a volar. Sus uñas rascaron mi rostro, sus gritos de furia resonaron en mis oídos, pero sus manos estaban vacías. Las mías no lo estaban.

—Voy a arruinar tu cara bonita a golpes —gruñó Jess—. Una vez que haya terminado, voy a hacer que tu hijo mire mientras te saco los ojos y pelo la piel de tu cuerpo. Y tal vez, una vez que no seas nada más que un trozo de carne temblorosa, podría dejarte…

Aprendiz de Diosa : la herencia (5ta Parte/ Final) Where stories live. Discover now