NATURALEZA ANSIOSA

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Comenzando por mi finita energía
y mi crisis temporal,
a mi tiempo,
tan eterna,
se explican dependientes,
paralelos en su crecimiento,
mi miedo y mi esperanza como efecto albedo.
Tarde o temprano surgiría la exégesis de mi ilusionado espíritu,
aún encerrado dentro de sus propios puños,
tambaleándose frente al viento de su propio otoño,
adelantándose al invierno por su amor a los copos de nieve.
Extraña el frío,
se cuela entre las margaritas,
se observa en los girasoles,
se cuida en las especies,
se reconoce en el Ojo de Dios,
se busca en las posibilidades,
y observa;
siempre observa,
escuchando las distintas melopeas que pueden conceder sus mismos labios;
y así se reflejan sus esperanzas,
aunque se detiene frente al viento de su propio otoño...
pero ahí sigue;
al borde de intentar.

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