Capitulo 3

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Matt echó una mirada por encima de la mujer que estaba en el asiento al lado de él. Ella había hecho varias preguntas, pero lo que le fastidiaba era lo que no había preguntado. Ella todavía no sabía su nombre, y eso comenzaba a fastidiarlo. No quería ser tratado como alguna especie de héroe por rescatarla de Evans, pero sería grato que al menos quisiera conocer su nombre.

− ¿Cuánto tiempo has estado en el planeta? - preguntó él, deliberadamente ignorando su pregunta.

− Seis días, - masculló ella suavemente.

− Así que viniste aquí a hacer fortuna y ¿qué? ¿Cambió tu intención?

− No, - respondió ella coléricamente. - Vine aquí con un... amigo y e – él se fue sin mí.

Al principio, Matt pensó que ella estaba tratando de mentir otra vez, como lo hizo cuándo indagó acerca de la familia, pero una mirada rápida a su derecha demostró que estaba molesta en vez de estar mintiendo.

− Explícate, - dijo Matt con los dientes apretados. Pensar que ella era una puta que había cambiado de idea era una cosa. Verla como víctima de las acciones maliciosas de algún hombre era otra.

− ¿Qué hay que explicar? Él dijo que me amaba, me prometió el mundo, y al primer signo de problema, se deshizo de mí. - Matt sospechó que su amante había tenido previstas las cosas un poco más cruelmente de como ella lo estaba viendo. No había atracciones de tipo turístico en este planeta. Las personas aquí eran en su mayor parte mineros, y el pueblo constaba sólo de las facilidades requeridas para mantener a la pequeña comunidad funcionando. Por eso había sólo unas pocas mujeres. La única oportunidad de empleo era que trabajaran de prostitutas.

Pero un hombre que decía amar a Mikayla, deshacerse de ella en este planeta parecía premeditado, quizá incluso lo había tenido pensado desde el principio. Matt tenía más preguntas pero decidió que podrían esperar. Ella estaba obviamente molesta.

Su historia, sin embargo, cambió toda la noción formada en su cabeza. Había tenido una idea poco meditada de compartir sus servicios con sus hermanos. Al menos así podría justificar el gasto, pero descubriendo que ella ni había planificado ni había escogido esta ocupación ponía un freno a su estrategia.

¿Qué diablos iba a decir a sus hermanos?

*****

Ella miraba hacia fuera de la ventana mientras el paisaje cambiaba. La nieve parecía cubrirlo todo hasta que no hubo nada más que blanco, y todavía se movieron más allá en los bancos de hielo.

− ¿Dónde vive usted, una vez más? - Preguntó ella nerviosamente.

− ¿Ves ese punto negro en el horizonte? Esa es nuestra estación experimental y nuestras habitaciones.

Ella entrecerró los ojos pero apenas pudo divisar la mancha a lo lejos. Parecía que todo estaba hecho de blanco por el momento, y se preguntó cómo sabía este tipo hacia dónde iba. ¿Este tipo? Dios mío, aun no conocía su nombre.

− ¿Cuál es tu nombre? - Preguntó y después, pues realmente no estaba segura de los protocolos entre una puta y el hombre que había pagado por un año con ella, añadió, - ¿cómo debería llamarte?

− Mi nombre es Matt. Simplemente llámame Matt, - dijo, sonando muy irritado.

Indecisa por lo que había dado inicio a su cólera, Mikayla eligió sentarse en silencio e intentó simular que era invisible. Los últimos seis días habían sido emocionalmente agotadores, y a pesar de su miedo por lo que vendría, sintió sus párpados cerrarse. Una voz interior pequeña gritaba que debería mantenerse alerta, pero era ahogada por completo por su confianza en el hombre al lado de ella.

Los Hombres de Mik 1Where stories live. Discover now