00. Prólogo

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«El abrazo de un ser querido es el mejor pegamento para un corazón roto»

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Prólogo

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Mamá...

Papá...

Los amo...

—Destranformación.

El silencio reinó en la sala de la residencia Dupain-Cheng, en cuanto, la heroína desapareció para dar lugar a la hija de ambos, quien apareció en lugar de Ladybug con un ser rojo moteado a su lado. El robusto padre de familia, se había vuelto tan pálido como la harina con la que trabajaba a diario, mientras que la madre tenía las manos cubriendo gran parte de su rostro, impresionada. Ninguno podía salir de su estupor. ¿Ladybug era su hija? ¿Su pequeña, torpe y amorosa hija era la heroína que salvaba París? La pareja se miró, tratando de comprender que nada de lo que estaba pasando frente a ellos era producto de su imaginación.

Marinette suspiró derrotada, el peso que estaba cargando sobre sus hombros era demasiado para resistirlo más, cayó de rodillas y con la cabeza apoyada en el suelo, empezó a llorar.

—Ayúdenme, por favor —suplicó—, mamá, papá, por favor.

El llanto desgarrador de su hija, hizo que la señora Cheng, se arrodillara junto a ella, para acunarla en sus brazos como si fuera un bebé.

—Tranquila, hija, todo estará bien —le susurraba con cariño, deslizando su mano derecha por la cabellera de ésta—. Estamos contigo, Marinette, todo estará bien....

—¿Qué pasó, Marinette? —Tom, que pareció recién salir del trance, se sentó en el suelo con ambas—. Tranquila, no querrás llamar a un Akuma...

—Acabo de derrotar a Hawk Moth —confesó, entre sollozos—, ya no habrá más Akumas.

—¿Qué? —ambos padres, preocupados, la examinaron con la vista en busca de alguna señal de herida, Marinette, en cambio, cerró los ojos, sin poder contener las lágrimas.

—Ella está bien —la voz de Tikki, hizo que los padres de su portadora lo observaran con algo de miedo—. Soy Tikki, la Kwami de la creación, soy quien transforma a su hija en Ladybug y me ocupo de que ella regrese sana y salva de cada misión.

—Gracias —dijo con una sonrisa sincera, Sabine, volviendo a abrazar a su hija.

—¿Puedes tú contarnos que sucede? —Tikki observó al padre de Marinette y afirmó con la cabeza, pero la chica no la dejó hablar.

—Quiero irme de París, por favor —volvió a decir, abrazándose con fuerza a su madre—. Quiero irme con mi Nonna, quiero salir de Francia, por favor...

Sabine y Tom se miraron con pena, mientras la mujer de cabellos azulados seguía sobándole la espalda a su hija con cariño, Tom se puso de pie para llamar a su madre y ver que podían hacer por su hija.

...

En otro sector de París, el chico de cabellos rubios y ojos verdes, finalmente despertaba, lo primero que observó fue la mirada preocupada de Plagg, que pareció volver a la vida en cuento lo vio abrir los ojos.

—Chico —dijo, buscando la caricia que Adrien intentaba darle con su mano derecha—, estaba tan preocupado.

—Adrien... —esa voz lo paralizó, haciendo que se sentara de golpe y aquella acción le generara un terrible dolor de cabeza.

Viaje de SanaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora