COULROFOBIA [JuNo fanfic]

C A P Í T U L O 12

—¡Torpe! —gritó uno de los veteranos mecánicos hacia el moreno al dejar caer las herramientas—. ¡Estás haciendo todo mal!

—¡Lo lamento! ¡En serio!

MinGyu llevó su cabello hacia atrás, totalmente avergonzado. Todo había salido mal desde hace días y eso no era muy propio de alguien que estaba acostumbrado a hacer un trabajo tan impecable, que dejaba sorprendido a sus mayores.

—Oye... ¿Te sientes bien? —el hombre le habló con más calma al ver su estado.

MinGyu negó.

—Vale, tómate un descanso o tú y yo terminaremos peleando en mitad de la calle.

El joven asintió confundido. La verdad era que sí necesitaba un descanso, había trabajado mucho y todo se estaba acumulando, como el pago del departamento, hacer las compras de la casa, tener tiempo para disfrutar de su juventud. Además, existía algo que rondaba por su cabeza frecuentemente, algo llamado: Jeon WonWoo.

Recordó inmediatamente que su llamada fue un total desastre. No sabía qué decirle con exactitud y lo mejor que se le ocurrió fue: Quería...quería saber cómo estaba tu auto, ¿está mejor?

Tonto.

Por momentos, sentía que estaba haciendo sentir incómodo a WonWoo al llamarlo o que de alguna forma no estaba interesado en él, solo era amable.

Toda esa cuestión romántica, como citas, detalles... no formaban parte de MinGyu. Pero, WonWoo era como el foco de su atracción, totalmente diferente a lo acostumbrado, por eso diría que sí al romanticismo desde luego. Él tenía un hechizo en sus ojos y en su sonrisa, era alguien un poco atrevido y mimado... era interesante.

Había pocas posibilidades de que WonWoo se muriera por él en el buen sentido, estaba seguro de que no. Para eso, su padre le había enseñado la mejor forma de saberlo; no mostrando interés alguno. A él le había funcionado con su madre. ¿Por qué no? Fue lo que pensó en ese entonces, la idea no sonaba nada mal. Llegó a la conclusión de que lo haría para que WonWoo lo buscara más seguido, además, tendría suficientes pruebas para confirmar que se gustaban mutuamente, ¿no?

Sonaba también arriesgado, pero lo intentaría.

[...]

—¿Y qué más decía el diario?

Jun preguntó justo detrás, caminando a las espaldas de su compañero. MingHao se tensó, pero no detuvo su caminata.

—Nada.

—Por primera vez no se escuchaban las risas de las madres, tampoco había miradas extrañas y las luces de las cámaras habían cesado enormemente. ¿El motivo? Pues, Hao decidió cambiar su atuendo luego de una dura conversación con Jun, donde mostraba su cansancio frente a las burlas de todas las madres y de algunos niños que lo hacían sentir ciertamente incómodo.

—Pero al menos dime si lo vas a invitar a salir, sería lo más conveniente luego de robar su diario.

—No lo robé, lo tomé por equivocación. Y te he dicho que eso no es asunto tuyo, me encargaré luego de eso.