Capítulo 18. Desplegar las alas.

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Narra Vicky.

Noemí caminaba en silencio por los pasillos que conducían de la academia a su despacho un par de pasos por delante de mí. Se escuchaban nuestras pisadas encubiertas por el barullo de los demás trabajadores del programa. Nuestras voces estaban apagadas. Me limitaba a seguirla e intentan descifrar cualquier mínimo gesto que me indicara que matiz iba a tomar la conversación que se avecinaba.

Alzó la mano para indicarme que fuera la primera en entrar a su oficina. Cerró la puerta detrás de nosotras y se sentó encima de la mesa. Adoptó una postura que, supongo, trataba de transmitir distensión, aunque hubiera preferido que ambas nos sentáramos en las sillas para no quedarme ahí de pie, rígida y tensa, sin saber ni siquiera dónde meter las manos.

- ¿Sabes? – Comenzó a hablar tras varios segundos de incisivo silencio. – En todos los años que llevo haciendo este programa nunca había pasado esto. – Su mirada recaía en las palmas de sus manos, que se frotaban la una contra la otra. – He visto a concursantes liarse con concursantes, profesores liarse con profesores, bailarines liarse con concursantes... - Cada vez que daba una opción la marcaba con la punta de los dedos. – Pero nunca una concursante con una profesora. – Levanté las cejas ante la sorpresa. Me costaba creer que, en todos los años que llevaba existiendo el formato, no hubiera pasado. – Quizás por eso no tengo ni di idea de cómo actuar. – Me buscó el rostro como si en allí fuera a encontrar una solución, pero solo se chocó con un par de ojos mudos.

- Como ya te dije el otro día, no volverá a pasar. – Me mantuve seria. Para pronunciar aquella frase primero tuve que descifrar la clave del candado que se había instalado en mi garganta, por lo que llevó un tiempo.

- Y te creí, Vicky. Pero en cuanto me fui os volvisteis a besar. – Tragué saliva. - ¿No eres consciente de que, aunque se esté emitiendo el chat, las cámaras siguen grabando? – A decir verdad, sí lo era, pero no pensé que en ese momento hubiera nadie pendiente de aquello. – Un cámara me lo contó esa noche.

- Fue un simple beso. – Intenté justificarme. – También le dije que no pasaría nada más mientras ella estuviera aquí dentro. – Era una verdad a medias, ya que lo que realmente le dije fue que todo sería más fácil si salía del programa esta. Pero, por su posterior respuesta, supe que había visto la escena y sabía que había vuelto a mentirle a la cara.

- ¿Te parece profesional decirle a una concursante que ojalá la echen? – Quise rebatir su acusación, pero no tenía ni las palabras correctas ni la posibilidad de ganar aquella batalla. – Lo que pasa es que a vosotras ya se os ha olvidado por completo que tú eres la profesora y ella la alumna.

No podía refutar aquello porque recordaba perfectamente el momento en el que, en uno de nuestros encuentros a escondidas, nos prometimos que cuando estuviéramos solas seríamos María y Vicky, no la profesora y la alumna. Poco a poco lo habíamos asimilado y ya daba igual si había gente alrededor. No podía verla como alumna en público cuando en privado nos faltaba tiempo para devorarnos.

Siempre me había caracterizado por ser una persona muy comprometida con mis trabajos. Puede que extremadamente. No había tenido una adolescencia como la de cualquier joven. Iba del instituto a las clases de danza y de estas a casa. Cada día, sin excepción. Supe desde pequeña que quería ser bailarina profesional y no dejaría que nada se interpusiera en mi camino, aunque eso supusiera dejar a un lado fiestas, diversión y demás entretenimientos típicos de la adolescencia. Y eso no cambió mucho cuando crecí y empecé a cumplir mi sueño. Era consciente de lo que costaba llegar hasta ahí y sortearía cada obstáculo para mantenerlo.

Sin embargo, los últimos acontecimientos habían dado un vuelco a mis metas. Aquella chica rubia había conseguido que tirara a la basura mis principios hasta tal punto de llevarme a la reprimenda de la directora de la academia. No sabía dónde meterme ni cómo justificarme porque no estaba acostumbrada a ser la que se equivocaba en temas de trabajo.

Obstáculos - María y Vicky.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora