turquoise

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—Así que, Giselle, ¿de dónde eres, de nuevo? —preguntó Lydia. Allison la miró de reojo, detectando el tono en su voz. Algo estaba tramando. Giselle, sentada a la orilla de la cama de Allison, contestó:

—Oh, soy de aquí. Solo que tuve que irme un par de años a New Orleans.

—¿Y qué lugar prefieres?

—Es raro. Muchas cosas por aquí son diferentes. Es como una nueva ciudad. Aún no sé dónde están la mitad de las cosas —admitió, nerviosamente moviendo su pierna. Sus ojos curiosos vagaban por la habitación incompleta de Allison, absorbiendo cada detalle en ella.

—Me ofrecí a darle a Giselle un recorrido por la ciudad —explicó Allison—. Tal vez tú puedas venir.

—No, no puedo —respondió Lydia inmediatamente. Allison la miró, confundida.

—Ni siquiera te he dicho cuándo.

—Bueno, aun así no puedo.

Allison ladeó la cabeza, tratando de entender a su amiga, pero fue distraída fácilmente por la voz de Giselle.

—Oh, tienes cartas —exclamó, alargando su brazo y tomando unas cartas que descansaban en la mesita de noche de Allison.

—¿Qué tipo de cartas? —preguntó Lydia, curiosa.

—Cartas del tarot —respondió Allison—. Las gané en una revista o algo.

—Están incompletas —observó Giselle, comenzando a ojearlas. Eso pareció captar la atención de Lydia.

—¿Sabes leerlas? ¿Podrías leérnosla?

—No te tomé por alguien que creyera en eso —observó Allison, sonriendo levemente.

—No creo en eso, pero es divertido —la corrigió Lydia, sacándole la lengua.

—Puedo con las que tengo en mi casa —respondió Giselle—. Pero no puedo prometer que les gusten los resultados. A la mayoría de la gente no.

—¿Puedes leer la mano? —preguntó Lydia. Apenas estaba asintiendo Giselle cuando Lydia le puso su mano enfrente. Giselle soltó una risita.

—Puedo leerla rápidamente —admitió. Probablemente en su casa estaría mejor, con una vela e incienso, tal vez bebiendo un poco de té. Pero sabía que si decía eso la mirarían raro, así que continuó diciendo—: La mano derecha dice lo que trajiste al nacer, y la izquierda lo que has acumulado en la vida —Curiosa, Allison dio un paso hacia ellas. Sonrió quedamente al ver a Giselle. Se veía tan tierna, completamente concentrada, con el ceño fruncido—. La línea corazón habla del amor —dijo, trazándola con su dedo—. Tú línea es interrumpida, lo que indica un trauma emocional. Te rompieron el corazón. ¿Estoy en lo correcto?

—Recientemente terminé con alguien que quería mucho —respondió Lydia, su voz sonando un poco inestable. Giselle asintió.

—Ésta es la línea de la cabeza —indicó, pasando su dedo sobre ella—. La tuya es profunda y larga. Eres muy inteligente, Lydia. Tus pensamientos suelen ser muy centrados.

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