Giselle Hale tiene tres grandes problemas: primero, ser la chica nueva en Beacon Hills es más complicado de lo que pensó. Segundo, alguien está haciendo sacrificios humanos. Tercero, no puede evitar sonrojarse y que su corazón lata frenéticamente ca...
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—No te estás acercando lo suficiente —señaló Allison—. Lydia, necesitamos disminuir la distancia entre el autobús y nosotros.
A su lado, en el volante, Lydia gruñó. Manejar con Allison no siempre era un dolor de cabeza, pero lo era cuando su paranoia la hacía obligarla a cruzar el estado siguiendo al autobús escolar del equipo de lacrosse, dirigiéndose a un evento en otra escuela en California.
—No sabía que el plan era montar el autobús en algún momento —replicó Lydia, irónica.
Allison suspiró.
—Tienes razón, sí. Está bien, ve más lento.
Iba a responderle algo más cuando su teléfono vibró. Lydia observó cómo Allison lo desbloqueaba apresuradamente, una sonrisa extendiéndose rápidamente sobre su rostro, ávidamente respondiendo el mensaje de texto que acababa de llegarle.
No siento esto suficiente, se tomó una selfie sacando la lengua y haciendo bizcos.
—¿Eso qué fue? —preguntó Lydia, sin molestarse en ocultar que la estaba juzgando seriamente. Allison se sonrojó ligeramente.
—Es para Giselle. Está muy afectada por lo de anoche. Se está quedando con Peter, lo cual tampoco es bueno. Solo quiero distraerla un rato de lo malo —explicó, tragando saliva pesadamente al recordar la noche anterior.
La noche donde Derek Hale había muerto.
A pesar de esto, Lydia parecía más interesada en otro tema.
—¿Qué te traes con Giselle, eh?
—¿A qué te refieres?
—A que estamos acosando a tu ex novio mientras tú te mensajeas con Giselle.
—Primero, esas cosas no tienen relación alguna. Segundo, después de lo de anoche no pienso perderlo de vista. Y tercero, Giselle aprueba que esté aquí. Se preocupa por Scott también.
—Oh, Allison, estoy comenzando a cansarme de esto —gimió Lydia—. Responde. ¿Qué te traes con Giselle?
—Solo somos amigas —afirmó Allison, aunque después de lo del día anterior, se sentía como una mentira.
🌈 🌈 🌈
Giselle y Allison estaban sentadas en la cama de esta última, una frente a la otra. La mano de Allison estaba casualmente recargada en el tobillo de Giselle, acariciándolo distraídamente. Giselle estaba intentando no tener un infarto en ese momento, jugando con uno de los peluches de Allison entre sus manos.
—Gi, solo escúpelo —suspiró Allison, mirándola fijamente, enarcando una ceja.
—Uh, Scott encontró una de tus flechas afuera de la escuela, de la vez que hicimos que Cora y Boyd entraran a la escuela —balbuceó Giselle.
