I.Q. [Frerard]

VII

No había visto a Gerard después de esa clase de matemáticas, la cual, abondonó minutos después de haberse sentado a su lado.

Era algo raro, es decir, había sacado varias teorías del porque Gerard había sido capaz de resolver aquél problema en menos de dos minutos, cuando él ni siquiera había terminado.

Y no era por nada, pero Gerard era un idiota y él era el súper genio.

Lo de la clase de matemáticas había sido hace dos días y claramente la falta de Gerard no había pasado desapercibida.

Ahora todos admiraban y sentían curiosidad por el nuevo chico que había logrado resolver un problema matemático en menos de dos minutos, y que, le había ganado a Frank.

Frank Iero llegó al salón de biología y se sentó hasta el frente, esperando pacientemente a que los demás alumnos se decidieran por llegar.

Se encontraba practicando con el microscopio, analizaba una muestra de sangre perteneciente a un conejo, y entonces pudo observar por el rabillo del ojo que alguien se paraba al lado de la mesa donde él se encontraba.

Lamentablemente para él, las mesas de las aulas eran compartidas, así que suspiró fuertemente antes de decidirse a quitar su vista de esa maravillosa muestra y la dirigió a la persona.

—Gerard— comentó Frank sorprendido al encontrarse al chico poniéndose gel antibacterial—.

—Hey— saludó Gerard con un asentimiento de cabeza—.

—¿Por que te has ausentado?— preguntó Frank prestándole completa atención—.

—La gente normal dice: "¿por que has faltado?"— dijo Gerard con una sonrisa burlona pero adormilada—.

—Son las diez de la mañana y aun padeces de somnolencia— observó Frank— ¿Tu estado de salud es estable?

—No estoy enfermo— dijo Gerard sentándose en el banquillo que sobraba de la mesa—.

—La salud es un equilibrio biopsicosocial y no sólo la ausencia de enfermedad.

—¿Según tu?

—Según la definición oficial de salud por parte de la OMS— replicó Frank— Así que lo repito de nuevo, ¿tu estado de salud es estable?

—Pues creo que si.

—¿Cuando fue la última vez que dormiste ocho seguidas?

—¿Eres mi doctor?— preguntó Gerard sonriendo de manera ladina— Porque déjame decirte que mi derecho ambiente es...

—¿Quieres saber si estás bien o no?

Gerard asintió mientras restregaba su mano sobre su cara de manera insistente, como si intentara quitarse el sueño.

—¿Tu presión arterial es normal?

—Define normal.

—120 - 80— contestó Frank suspirando con un poco de fastidio— ¿Es normal?

—Creo que sí.

—¿Has estado ingiriendo algún medicamento sin un orden establecido?— preguntó Frank mientras empezaba a tomar nota en su cuaderno—.

—Uhm no— dijo Gerard dudando—.

—¿Que letra ves aquí?

—Es un 6— dijo Gerard rodando los ojos—.

—Es una G— dijo Frank con una ceja enarcada—.

—Por más idiota que esté, sé diferenciar ente un número y una letra.

—De acuerdo, psicológicamente estás bien— dijo Frank asintiendo— ¿Te duele esto?

Frank pellizcó a Gerard en el brazo, haciendo al chico brincar por el dolor.

—¡Si!— exclamó Gerard sobando su brazo—.

—Perfecto— dijo Frank— El arco reflejo es la unidad anatomofuncional del sistema nervioso, que se compone de cinco pasos que pasan y suceden en cuestión de segundos, por lo tanto, tu sistema nervioso se encuentra en perfecto estado.

—¿Genial?— respondió Gerard con tono dubitativo—.

—Es muy bueno— dijo Frank asintiendo— De acuerdo, ¿puedo checar tu pulso?

—¿No crees que sólo tengo sueño y ya?

—Ahora que lo pienso, tu respiración está muy baja de la normal, supuestamente es de 15 a 20 respiraciones por minuto, tú tienes 12.

—¿Y eso es...?

—Presentas de depresión respiratoria o hipoventilación.

—¿La respiración también se deprime?

—Tu respiración es lenta e irregular, y también logro ver que tus ojos están contorneados con un ligero color rojo— dijo Frank— Así que dime, ¿te has drogado últimamente?

—Yo no...

—¿Has dormido lo suficiente?— preguntó Frank—.

—Eso ya lo preguntaste— dijo Gerard confundido—.

—Y no me respondiste.

—Ayer dormí diez horas— contestó Gerard un poco avergonzado—.

—Entonces creo que te has drogado.

—No me drogo— dijo Gerard—.

—¿Seguro?

—Frank, recordaría si me drogara.

—Algunas drogas no te dejan recordar— dijo Frank—.

—Frank, no me drogo— dijo Gerard un poco desesperado por la insistencia del chico— Solamente que...

—Gerard, existen terapias de tratamiento que...

—Me desespera el hecho de que te creas un sabelotodo— dijo Gerard molesto— Es obvio que sé que hay terapias, pero no me drogo y no las necesito y el hecho de que seas tan insistente...

—Pues tu estado de somnolencia es grave y...

—Olvídalo— dijo Gerard negando con la cabeza— Gracias por tu atención y tus recomendaciones, Frank.

Gerard volvió a tomar sus cosas y se levantó de forma brusca del banquillo.

Frank observó a Gerard con una ceja enarcada, notando que realmente se había molestado, aunque no había razones para que lo hiciera.

¿Somnolencia? ¿ojos rojos? ¿cambios de humor drásticos? Si, definitivamente estaba drogado.