XIX

1K 159 176
                                    

Frank buscaba desesperadamente a Gerard.

Desde ayer no había podido siquiera decirle algo antes de que se fuera, y ahora en la mañana, Gerard no llevaba ninguna clase con él, podría haber esperado hasta la clase de matemáticas, pero necesitaba hablar con él, urgentemente.

Llevaba media hora recorriendo la cafetería, pero no podía encontrarlo. Quizá porque Gerard no había asistido a la escuela, o tal vez porque ni siquiera estaba poniendo atención a su alrededor.

—¡Frank!— exclamó la voz de su único amigo— ¿Que haces caminando en círculos?

—Busco a Gerard, ¿Lo has visto?

—Uhm...— murmuró Bob— Lo ví caminar hacia el armario del conserje.

—Gracias.

Antes de que Bob pudiera decir otra cosa, Frank se echó a correr hacia el lugar donde le había indicado.

¿Por qué alguien estaría en el armario del conserje?

Frank llegó al pequeño cuarto, dándose cuenta de que la luz estaba encendida.

Respiró profundamente, primero para poder calmar su respiración, porque bueno, no era nada bueno en deportes; y en segundo, porque ni siquiera sabía que le diría al chico.

Frank abrió la puerta rápidamente, entrando sin dudarlo.

—¿Que haces aquí?— preguntó al enfocar al chico pelirrojo—.

—Desayunando— contestó Gerard como si fuera obvio— ¿Que haces tú aquí?

—Buscándote

—Aww que lindo— dijo Gerard— Ya sé que no puedes vivir sin mí.

—No es por eso— dijo Frank rodando los ojos— Necesitamos hablar de ello que pasó ayer.

—¿Qué?

—Me besaste— dijo Frank— Me besaste.

—Te escuché la primera vez— dijo Gerard sonriendo de manera ladina—Y si, te besé, no veo lo malo en eso.

—Hay mucho de malo— dijo Frank— Para empezar, ni siquiera estamos en una relación seria como para estar compartiendo alguna muestra de afecto de ese nivel.

—Podríamos estarlo— murmuró Gerard—.

—Ademas, tampoco te di mi autorización para que pudieras hacer tal osadía— dijo Frank sin escucharlo— ¿Acaso crees que me gustó que el primer beso que mi labios dieron fuera de...?

—Espera, espera— dijo Gerard levantándose del suelo— ¿Primer beso?

Frank se quedó callado completamente, sin saber cómo responder a eso, es decir, no le avergonzaba que supieran que no había dado ni un beso, ¿O tenía que?

—No tiene nada de malo no haber dado mi primer beso— dijo Frank frunciendo el ceño—.

—No— respondió Gerard encogiéndose de hombros y empezando a acercarse a él— Pero, ¿no te gustaría repetirlo?, ya sabes, para que sea una experiencia más placentera.

Frank retrocedía por cada paso que Gerard daba, hasta que finalmente, su espalda terminó chocando con uno de los estantes que estaban en ese pequeño cuarto.

—Que asco, gérmenes— dijo Frank al darse cuenta que su brazo había tocado un trapo sucio—.

—¿Y esto no te da asco, Frankie?— preguntó Gerard colocando sus manos en los costados de la cintura de Frank—.

Frank se quedó callado sin saber que responder, porque realmente no le molestaba para nada.

—Veo que no— murmuró Gerard sonriendo— ¿Y esto te molesta?

Frank se quedó observando cada movimiento de Gerard, desde que empezó a acercarse más a su rostro, hasta cuándo cerró los ojos y finalmente unió sus labios con los suyos.

Ni siquiera sabía qué hacer, es decir, ¿Movía la boca también? ¿Donde ponía su labio inferior? ¿Que hacía con la lengua? ¿Y si de repente la saliva escurría de su boca?

Afortunadamente, Gerard no parecía exigirle demasiado, pues sólo eran pequeños roces de labios, sin involucrar la lengua, o excesos de saliva.

Se sentía bien, parecía que todo a su alrededor hubiera desaparecido y sólo estaban ellos dos, y sus labios haciendo contacto.
Aunque ese simple contacto, lo sintió demasiado... ¿Apasionado?

Finalmente se separaron, Gerard con una gran sonrisa y Frank completamente anonado.

—¿Te molestó?— preguntó Gerard—.

—N-No— murmuró Frank— Siento como si...

—Sientes como si se hubieran liberado cuatro neurotransmisores— dijo Gerard sin poder pensar lo que decía— La dopamina, que te hace sentir placer y bienestar; serotonina, con la que sientes excitación y optimismo; epinefrina, que aumenta tu frecuencia cardiaca, y la sudoración, por eso sientes calor y que tu corazón se acelera; y la oxitocina, que genera apego y confianza.

Frank lo observaba atentamente, se podía notar en su mirada que estaba poniendo todo su esfuerzo en poner atención a lo que decía, porque realmente, aquel beso lo había dejado anonado.

—Además, tomando en cuenta que es tu primer beso— siguió diciendo Gerard— También pudiste haber liberado la feniletilamina, estimula el sentimiento de placer, por eso puede ser que lo hayas sentido un tanto apasionado.

—¿Q-Que?— preguntó Frank demasiado confundido—.

Gerard río burlonamente y finalmente se separó de Frank.

—Te veo en matemáticas— dijo Gerard guiñándole un ojo a Frank y finalmente saliendo del salón—.

I.Q. [Frerard]Where stories live. Discover now