8▶Casados

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Maratón 2/?

NamJoon.

—Dudo que sea necesario... —Digo algo dudoso mientras acarició mi mentón, aún no se la función de lo que ___ tiene en las manos, pero realmente dudó que nos sirva de algo en algún momento.

—¿Necesario? Nam, es indispensable. —Acerco más la pequeña cajita a mi rostro y yo hice una mueca mientras ella me mostraba una reluciente sonrisa.

—Bueno...compralo. —La animé aún un poco dudoso.

Mi mueca de confusión rápidamente se convirtió un una de desagrado y creo que mi esposa pudo notarlo mucho más antes que yo, si sonrisa no desapareció de sus labios pero se apago conciderablemente y con cuidado volvió a dejar la cajita de donde la tomó.

—Puedo comprarla en otro momento... O no. —Me volvio a sonreír y acarició mi mejilla.

Abrí la boca sorprendido por mi propia actitud, no suelo ser así de grosero y ahora no tengo ni la mínima idea de poder solucionarlo con ___.

—Vamos, ya es muy tarde. —Veo como se aferra de sobre manera a la bolsa que tiene entre las manos, el mantel que ___ tiene entre las manos es muy bonito, llamativo, incluso me atrevería a decir hogareño. Pero nos costó demasiado encontrarlo, ___ lo vio en una página de Internet y me dijo que quería uno igual, yo acepte pero primero tenia que hacer el pedido y llegaría en una semana más o menos, así que decidimos salir a buscarlo ya que no nos quedaba de otra.

Comenzó a caminar con lentitud, casi danzando por la tienda, esquivando con suma sutileza a las personas a su alrededor, y yo aún sigo pensando el porqué de mi actitud extraña, siempre le doy la razón a ___, y no quiero decir que sea una niña caprichosa que siempre quiere tener la razón, ___ es una persona muy cuerda y madura a pesar de los ataques de risa que se da con mi hermano, es racional y sabe lo que su hogar necesita, así que si ella quiere comprar esa cosa que aún desconozco de su procedencia, yo debería simplemente aceptar.

El cajero es un muchacho más o menos de la edad de ___, castaño y de tez levemente bronceada, si sonrisa es casi perfecta y parece estar encantado con la presencia de mi esposa, ignorando la mía por completo.

Le dice -súplica- que vuelva pronto y le entrega su cambio rozando su mano con la sedosa piel de mi esposa. Realmete espero que le esté gustando ver el escote de mi inocente esposa por que si no deja de mirar me encargaré de que sea lo último que vea.

—¡Gracias!—___ agita la mano de forma alegre en modo de despedida y el cajero hace lo mismo.

Tomó su mano y la jalo hacia mi para luego compartir una mirada sugerente con el cajero, si idiota, es mi esposa. Soy hombre y se que tipos como esos solo quieren un buen polvo con una chica hermosa como ___, la mala suerte para él es que ___, es algo despistada para captar el doble sentido y que no es ese tipo de mujer, además, esta casada conmigo y cuidare de ella por que la quiero, es mi deber.

Las calles no están tan llenas como esperaba, es un día normal en aquí. Después de lo que ocurrió por lo de la tienda, nadie dijo nada, el silencio realmente me incomoda pero no se como solucionar esto, aún sigo sorprendido por mi comportamiento poco tolerable.

Un silbido coqueto me saca de mis pensamientos y volteo a ver de donde provino, un par de hombres con ropa deportiva pasan junto a ___, uno le guiña el ojo y otro se baja levemente los lentes de sol dejando al descubierto sus azulados ojos.

___ se pega un poco a mi buscando protección y paso mi brazo por su cintura besando su frente.

—¿Comemos algo? —después de un buen rato en silencio las palalabras por fin salen con fluidez eh intento aligerar el ambiente entre nosotros.

Ella era Mía |K. NJ| |+18|Where stories live. Discover now