4: El homenaje

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"Sentí tanto dolor pero no detuvo mi corazón, todo lo que quería era que a alguien le importara un poco, pero esperé ahí por siempre y nadie ni siquiera miró"
Ghost, Badflower
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Dos meses después del aborto...

Cuando Marinette volvió a leer el e-mail, el temblor de sus manos no era nada comparado con el dolor que laceraba su corazón. A la mitad del primer párrafo se le empañaron los ojos, y al parpadear un par de lágrimas rodaron por sus mejillas.

Se celebrará un servicio religioso privado en memoria de Louis
Feraud, su madre Clare y su padrastro Gabriel Agreste. Se trataba de un evento estrictamente familiar al que solo pueden asistir quienes hayan sido
expresamente invitados.

"Los abogados de la familia Agreste requieren además su presencia
para la lectura del testamento de Louis y, seguidamente, una reunión privada con su hermano Adrien. Su asistencia es absolutamente necesaria."

Nuevas lágrimas se le agolparon en la garganta. Apartó la vista de
aquellas palabras que no quería aceptar y pinchó en el archivo
adjunto. Para su sorpresa, la llevó a la página web de una compañía aérea. Tragó saliva. Era la confirmación de una reserva a
su nombre. La reserva de un boleto de avión de ida y vuelta a Londres en primera clase.

El e-mail se lo enviaba un bufete de abogados de Inglaterra, los
mismos abogados con los que, desesperadamente, había intentado ponerse en contacto desde que se había enterado de la horrible noticia de la muerte de Louis y sus padres en un accidente de coche.

Los mismos abogados que durante dos meses se habían negado a
devolverle las llamadas y a responder sus cartas.

A pesar del giro imprevisto de los acontecimientos tras su noche
juntos, había intentado llamar a Adrien al morir Louis. Al principio, imaginando lo que debía estar sufriendo por la muerte de sus padres y su hermano, había respetado que no contestara ni
devolviera sus llamadas.

Pero luego se había enterado por las redes sociales de que varios
de sus compañeros de universidad habían sido invitados al funeral,
mientras que ella se había visto obligada a llorar la muerte de su
mejor amigo a solas.

Quería odiar a Adrien por haberle negado el último adiós a su tan preciado amigo, pero estaba tan destrozada con todo por lo que había pasado en esos seis meses, que era incapaz de albergar un solo sentimiento negativo más.

Durante semanas había llorado, rezado, y luego maldecido al
destino, a la ciencia... Tras aceptar finalmente la dura realidad
había perdido las ganas de seguir luchando, había llorado durante
varios días más, y creía haber tocado fondo. Pero entonces la vida también le había arrebatado a Louis, y su muerte la había dejado desolada. Y aun así había tenido que mantenerse fuerte por su madre, aunque en ciertos momentos aún le entrase la lloradera, como la semana anterior, durante una entrevista con la responsable del Departamento de Recursos Humanos de su empresa.

Tras el aborto le habían dado una baja de tres meses. Todavía le
quedaba un mes, pero como sus finanzas empezaban a
tambalearse por el costoso tratamiento de su madre, había
solicitado que le permitieran reincorporarse antes, y la responsable del Departamento de Recursos Humanos había accedido a recibirla para hablarlo. El problema fue que en medio de la conversación se habían saltado las lágrimas, y ya no había podido parar.

No la había extrañado que la gerente hubiese sentido lástima de ella y le pidiese un taxi que la llevara a casa, pero nunca se habría esperado la carta que recibió unos días después, informándole de que le habían ampliado la baja un mes más con la mitad de sueldo porque no la consideraban apta para trabajar en su estado actual.

Dos Veces tú (A MLB A.U. Story)Where stories live. Discover now