El silencio

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"Al principio teníamos tanto que contarnos que hablábamos a más de cien palabras por segundo y cuando apenas habíamos escuchado el final de la frase del otro, ya habíamos pasado a la siguiente. Y nos reíamos. Nos reíamos mucho. Luego la risa cesó y se hizo ese silencio. Ese silencio extraño y cómodo a la vez."

-Donde termina el arcoíris de Cecelia Ahern.

Antes de conocerla tenía un libro favorito, uno simple y divertido, donde la protagonista tenía sueños pero por alguna razón nunca los obtenía, el destino, la vida, pero me sentía como Rosie.

Tenía un objetivo, claro, tranquilo, quería amar como Rosie amó, deseaba sentir un silencio permanente que me durara para siempre, así que si deseas algo parecido, deja de hacerlo, a veces se te cumple.

A ella la conocí por los libros, me encantaba la forma en la que las palabras de amor se deslizaban en sus escritos destinados a mí, era un amor ficticio de cuento de hadas, me confundí.

Caí en la peor trampa, la esperanza, que según leí alguna vez, también era un tormento dentro de la caja de pandora, es embriagadora y obsesiva, idealista, te obliga a creer que lo puedes lograr todo por amor, pero es una tontería de historias de alguien que estaba feliz, y de pronto terminó escribiendo poemas tristes.

Ella... alguien simple, hermosa, tranquila, incluso un poco tímida y misteriosa, me hizo descubrir el morado hermoso y el azul profundo, me llenó la vida, me enseño de amor, del real, del que te hace sentir que flotas y que de pronto te eleva tanto que ves hacia abajo y piensas en las personas que siguen en el piso y dices: "ilusos, no saben lo que se pierden", con ella todo era desborde de secretos, palabras e historias exclusivas que erizaban mi piel sin que la tocara siquiera.

La amé tanto, como se supone que debe hacerse, como una flor delicada, siempre pensé en ella como una rosa morada, sin embargo, como debía pasar con todas las flores, todo terminó, se convirtió en la musa de mis poemas tristes y en la inspiración de mis lágrimas nocturnas compañía de mis insomnios.

Todo se volvió azul cuando se fue, perdió el sentido y me convertí en uno de esos sacos vacíos que son inútiles, logró hacer que mi vida se destruyera un poco.

Con el tiempo empecé a cuestionarme sobre el amor, ¿Así se supone que deba ser?, destructivo, tóxico e indiferente, ¿se olvida a alguien que era tu todo?¿dejar de contestar es suficiente?¿Una persona es suficiente para otra?

Al final, he descubierto, gracias a alguien igual de roto que yo, que el amor es una idea retorcida que todos creamos en nuestra mente, que adaptamos a nuestras circunstancias, que incluso manejamos a nuestra conveniencia, y eso es una estupidez.

Ahora que lo pienso, se supone que el amor es un mar inmenso, en el que todos navegamos solos en un barco enorme para nosotros mismos, amar a alguien, es toparte con una persona en ese mar. Nuestro error empieza cuando crees que es obligación de alguien dejar su barco para irse con el otro, dejar su vida para vivir la otra, cuando lo más sano seria navegar juntos, cada quien en su barco, cada quien con su vida, con su tiempo, con su espacio, por si llega el momentos de navegar solos otra vez no te ahogues en el mar, y culpes al amor. (Consejo dado por alguien que no sé de dónde sacó pero real).

Así que mi amada rosa morada, nunca fue tu culpa, yo fui quien se bajó del barco para subirme al tuyo, uno que solo era para ti, ni siquiera me lo pediste, lo hice porque tenía una idea equivocada de amar, y aunque lo que sentía fue profundo he aceptado que ya no navegaremos juntas, he recuperado mi vida, pero aún recuerdo el silencio, supongo que obtuve lo que quería y a veces duele, cuando se te amontonan las memorias y mi corazón solitario piensa en ti, yo creo que fui cobarde, que me llené de temores, que nos dedicamos libros tristes, que al menos yo no he podido leer porque sigue siendo duro, pero respiro, pero te escribo, otras veces te sufro.

Quiero conservar la idea de ti como algo bonito que terminó como todas las cosas que disfrutas demasiado, también me gustaría decir que te olvidé, pero te recuerdo justo como amo nuestro libro favorito.

Te digo adiós sin olvidarte aún, pero te agradezco por enseñarme que el amor no significa depender, ahora guío mi vida sin entregar más de lo que tengo.

Ahora corroboro que el silencio es especial.

Que los silencios son únicos.

Son efímeros.

Que los silencios te llevan al cielo y te dejan caer.

Que mi silencio eres tú.

Melancolía de otoñoWhere stories live. Discover now