Melancolía de otoño

Oscuridad

Vivir sin tus caricias es mucho desamparo;
vivir sin tus palabras es mucha soledad;
vivir sin tu amoroso mirar, ingenuo y claro,
es mucha oscuridad...
-El retorno.
Amado Nervo.

¿Qué buscas de ti misma?

¿Qué es lo que quieres demostrarme?

No lo necesitas, de verdad que no importa quien olvide primero, es valioso que hagas las cosas para estar bien, que valores lo que estas logrando, que dejes de imaginar una felicidad ficticia con alguien, porque ese tipo de momento pasajero jamás va a ser honesto. La felicidad real es la que emana de tu amor propio, la que te eleva por iniciativa, sin daños a terceros, sin involucrar la sangre de tus heridas.

En ese momento en el que la soledad te invade, los colores desaparecen, es en donde solo te tienes a ti para llorar y es la relación más sana que podrás tener.

La oscuridad no es algo que deba ahogarte, es lo que te rescatará de perderte a ti misma.

A veces me asusta la idea de estar sin ti, camino entre sombras deseando encontrarte, pero lo sabíamos, que lo nuestro nos guiaría a una autodestrucción, porque te desvaneces, no sé si de mi vida o de mi mente, pero te vas.

Diluyo tu recuerdo en las lágrimas provocadas por besos de extraños y guardo mis secretos en una caja nueva, para no volver a ver la imagen de tu sonrisa en mi mente, porque odio extrañarte.

Las decisiones son duras, duelen las consecuencias, pero si no puedes serte fiel a ti mismo te quedas sin nada, algunos le dicen orgullo, supongo que es una buena palabra para describirme, sin embargo, estoy aquí, escribiéndote aunque sé que no me leerás y mientras evito llorar por ti nuevamente, me ahogo en mares de distracciones que me dejan agotada. 

Amaba todos los colores que guardaste en tu maleta cuando te obligué a irte.

Y ya casi es abril.