El soplido del Tigre

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Los dos hombres estaban preparados para el mortal combate, separados únicamente por un par de metros. Sagat tenía un temple imperturbable, analizaba a su oponente con la mirada, atrás habían quedado los días del gran felino que jugaba con su presa. Era un hombre que necesitaba recuperar su honor, aunque sea de forma gradual.

Por el contrario, su oponente, el hombre del keikogi rosa era un mar de emociones, y Sagat lo sabía sin necesidad de ver su rostro, su cuerpo estaba tenso, como un perro rabioso, impredecible como el animal acorralado.

No quería arriesgarse a otra humillante derrota, debía dar por hecho que este nuevo peleador era tan poderoso como lo fue Ryu... pero el desconocido decía que lo conocía. Sagat ejercitaba su mente mientras esperaba el ataque de su enemigo.

Recordaras el nombre de Dan Hibiki hasta que mueras, y hoy, yo seré tu verdugo, ¡Lo juro por mi padre!

Quizá debas unirte a él en la muerte...

Dan enfureció con el comentario y se lanzó al ataque, con una patada voladora. Sagat esquivó fácilmente el desorganizado ataque, Dan dio vuelta y lo golpeó violentamente, pero Sagat ya tenía lista su defensa y contratacó con una patada en el abdomen de Dan.

Maldito...

Planeaba aprovechar el impacto para tomar la ventaja en el combate, pero Dan se levantó y se preparó para lanzar un poderoso proyectil de energía. Sagat ya había visto antes el hadoken de Ryu. En verdad usaban técnicas similares.

Sagat se paró firmemente en el suelo y se cubrió cuando vio la bola de fuego azul dirigirse hacia su persona... pero esta se desvaneció instantes antes de siquiera tocarlo.

¡Noooo!

Grito Dan encolerizado, pero era ya muy tarde, Sagat planeaba ejecutar el nuevo ataque que había preparado, "el soplido del tigre" era un poderoso puñetazo que se proyectaba hacia el cielo con un gran salto del gigante tailandés, golpeando abdomen, quijada y rostro del oponente, lanzándolo por los aires.

Dan cayó estruendosamente y no volvió a levantarse.

Una pérdida de mi tiempo.

Decía para sus adentros Sagat mientras salía del bosque.

Una vez a las afueras, en la planicie, el helicóptero clase militar V22 ilumino el sitio donde se encontraba Sagat antes de poder aterrizar. Era una formidable maquina voladora. A diferencia de otros helicópteros este tenía dos alas situadas en la parte superior del fuselaje, unidos por una góndola, cada ala terminaba con un enorme motor de turbo eje que contaba con una poderosa hélice. En la cola habían dos estabilizadores que hacían de la apariencia de la aeronave un hibrido entre avión y helicóptero.

Este poderoso vehículo militar no era el único que tenía Shadaloo a su disposición, poseían una amplia variedad de aeronaves como el helicóptero Boeing AH-64 Apache, una aeronave diseñado exclusivamente para la guerra, con una bi-plaza y una impresionante variedad de armamento entre los que se contaban una torreta automática, cohetes, misiles antitanques, misiles antirradar y misiles antiaéreos... un verdadero tanque volador, o el avión privado de Bison. Un Jet VTOL (despegue y aterrizaje vertical, por sus siglas en inglés) completamente negro, con una elegante forma triangular. Sus poderosos motores le permitían ascender y aterrizar como un helicóptero, al mismo tiempo que podía realizar largos vuelos trasatlánticos.

Una vez dentro del helicóptero v22, Sagat meditaba tranquilamente durante el camino de regreso... Hibiki.

Hace años había combatido a un hombre... Go Hibiki. Un viejo que vestía un keikogi naranja, sandalias de madera y portaba una estúpida mascara tengu.

El sendero del TigreWhere stories live. Discover now