Capítulo 1.

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—Frank te dije que pararas —sentencié mientras se acercaba a mí con enojo y retrocedí aún sobre la cama— ¿Qué diablos?

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—Frank te dije que pararas —sentencié mientras se acercaba a mí con enojo y retrocedí aún sobre la cama— ¿Qué diablos?

—Chad me lo contó todo —siseó y tragué duro.

Esto me pasa por confiar en que alguien mantendría su boca cerrada, que idiota.

—Puedo explicarlo —me interrumpió.

—Claro que no, lo suponía, que eras un pervertido marica, no esperaba eso de ti rubia —fruncí el ceño cuando tocó mis rodillas y las abrió— ¿Esto es lo que quieres? —finalizó hostil y lo pateé, alejándolo de mí— Que repugnante, y yo que te quería como un hermano.

—Frank, no seas tan imbécil hazme el favor y solo olvidalo —dije molesto y maldiciendo a Chad— no es tan... —me miró con desprecio y mi corazón se contrajo.

Nunca vi tanto rechazo en su mirada, jamás.

—No puedo ser amigo de alguien que nunca me vio como un amigo. Me das asco.

Abrí los ojos sobresaltado por un ruido en mi ventana, pestañeé varias veces y mi pecho subía y bajaba por lo nervioso que estaba. Había sido una jodida pesadilla.

Me removí en la cama, ya eran cerca de las 06:00 am, lo supuse porque el sol estaba asomando y el cielo se veía rojizo entrando por las rendijas de la ventana, de la cual se volvió a escuchar un golpe.

—¡Oye Matt! —me llamó a gritos Frank, levanté la mitad de mi cuerpo, intenté caer en la realidad de una vez y volvió a llamarme a toda voz.

Me acerqué a la ventana, la abrí y miré a través de ella, vivo en una casa de dos pisos por lo que se escuchaba y veía perfectamente a aquel inútil parado debajo, con una gran sonrisa que se formó al verme.

—¿Qué carajo haces ahí? —pregunté molesto y somnoliento, intentando acostumbrar mi vista a la luz— ¿Por qué diablos no tocas la puerta como alguien normal?

—¡Me cansé de tocar al timbre! —oh sí, se averió hace días, rasqué mi estómago y bostecé— Solo necesito que me arrojes mi mochila, la olvidé ayer ahí y ya estoy tarde para la uni... —dijo moviendo su mano repetidas veces para apresurarme.

Pff, como si yo fuese a correr por algo así. Froté mis ojos, tranquilamente busqué con la mirada sus porquerías y eureka, estaba en la esquina de mi habitación.

La tomé, me asomé de nuevo por la ventana y sonreí.

—¿La necesitas mucho? —inquirí con diversión y Frank hizo una mueca, ya sabía mis intenciones.

—Matthew Freeman, exorciza esos pensamientos maliciosos de tu ser, respira hondo —me sugirió haciéndome agrandar mi sonrisa.

—No vuelvas a molestarme esta semana, tengo un trabajo importante y quiero paz —se vio algo decaído y mi corazón se oprimió.

Buenos amigos SPIN-OFF (+18↔GAY)Where stories live. Discover now