Podría decirse de mí lo que sea respecto a este tema, pero lo cierto es que a día de hoy sigo sufriendo la muerte de alguien que alguna vez estuve tan solo cerca de odiar, y a quien le guardé rencor por menos de un año.
O quien sabe. Sigo este escrito casi un año después de escribir el primer párrafo. Y creo que he entendido que el rencor no desaparece cuando ha dejado sus retoños de culpa. Ya qué. Hoy, por ejemplo, pensé de nuevo en él, y me sentí mal nuevamente. Pero ahora pienso que si vuelvo a este escrito después de tanto tiempo es porque no tiene la importancia suficiente.
Esta persona murió. Quizá entonces la culpa provenga del pensamiento de que, quizá, si yo no lo hubiera odiado, estaría vivo. O quizá fue mi mismo odio el que desencadenó su muerte. No tengo certeza de ello. O quizá sea culpa, porque, al menos sobre una sola persona en toda la tierra, perpetué un sentimiento negativo. No hay manera de cambiar lo que me hizo sentir eso, así que, al menos hasta que muera yo, ese odio no desaparecerá.
Eso ultimo es horrible, porque sé que no seré yo quien corte cadenas de odio.
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Hacia el techo - Pablo Martínez
RandomLos pensamientos pueden ser más fuertes que nosotros, incluso pueden llevarte a ver la realidad de muchas formas distintas. Este es el resultado del desvelo, del pensar sobre la almohada y en la oscuridad, cuando solo te tienes a ti mismo para habla...
