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Ultimo día de trabajo y tendría un fin de semana emocionante, Alexa me había invitado de camping a una montaña cercana. No sé qué consecuencias traerá pero me emociona la idea.

Llegué a la oficina y vi de lejos a Lau, corrí para alcanzarla, no puedo quedarme con la duda, y no me importa que me digan que soy chismosa.

—Abogada, buenos días— salude efusivamente cuando la tuve a mi lado.

—Hola, Sarita, buenas las tengas y la mañana— me guiño un ojo. Que coqueta.

—Nada nuevo que contar—insinué

Me miro con curiosidad, sin entender mi pregunta.

—Ah, no. Sin novedad y tú—sonrió.

—Bien. Yo estoy emocionada por mi amiga—lance mi primera indirecta.

Prestó atención a lo que dije.

—Recibió un tulipán rojo y una nota—añadí

—En serio y, y... le gustó — preguntó. ¡Ja! ya cayó.

—Mucho, lo malo que no hay nombre ni iniciales en la nota—entre cerró sus ojos.

—Qué puede afectar eso—suspire.

No puedo creerlo, se pasa de tonta.

—No tenemos ni idea quien puede ser. Su plan falló, aunque no del todo. Nat amó el detalle.

Su cara fue de tragedia, sin embargo, se dio cuenta del error cometido.

—Que idiota fui— murmulló

—Perdón— dije

—Que idiota... el que envió— soltó una carcajada excesivamente falsa— Cómo no va a poner por lo menos las iniciales. — Se burló

—Lo mismo pienso. Ojala se reivindique y envíe otro detalle pero con alguna firma.

—Lo haré —habló rápido y sin pensarlo.

—Lo sabía — Aplaudí. Había caído en la trampa—Fue usted quien envió el detalle.

—Me descubriste. Si, fui yo. Que tonta, pensé que no importaría la firma.

Rodé mis ojos

—Nat no es adivina, era imposible que pensara en su persona.

—Sí, que idiota. Pero no le dirás nada a nadie. Será nuestro secreto, Sari.

—Está bien, nuestro secreto— sonreímos

—De qué hablan— escuchamos una voz al costado de nosotros. Giramos y vimos a la jefa.

—Nada importante. Yo iré a mi oficina— respondió Lau, huyendo del lugar.

—Yo igual— apoye

—Ahora me dejan hablando sola— bufo, Rebe.

No pensaba decir nada de lo que habíamos hablado.

Lo que no imagine sería que mi jefa me siguiera hasta mi escritorio

—Me vas a contar de que hablaron—que chismosa es.

—Ya le dije, nada importante

—Es sobre el detalle a Nat, cierto — insinuó. Eso me tomó por sorpresa.

—Sé que fue Lau, porque la vi con aquel tulipán— añadió

—Si sabe para qué pregunta — me arrepentí al instante, había olvidado con quien hablaba. Un lo siento en un murmullo pronuncie.

El amor no conoce de géneros (Historia Completa En Amazon)Where stories live. Discover now