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Sara Pov

Ocupe gran parte de mi noche pensando como enfrentaría a mi jefa, la manera en que le diría todo lo que me había confesado y la otra parte recordando su cuerpo. Estuve tentada a sobrepasarme pero no, yo no soy así, sin embargo cuando la desvestí, trague saliva, su cuerpo tonificado me invitaba a que lo acaricie, admito que cuando sacaba cada prensa roce un poco de su piel y no podrían culparme todo ella es una tentación. Coloque una pijama que se trataba de un short y blusa, sus piernas largas eran una deleite para mis ojos.

Por dios, sueno como una morbosa.

Haciendo uso de toda mi fuerza de voluntad salí de la habitación sin antes cobijarla, no quería que se resfriara.

***

Amaneció y lo primero que hice fue ir a su habitación, parecía una psicópata, pero no podía esperar más, me carcome la curiosidad, de sabes si todo lo que me dijo es verdad.
Fui y me encontré a una muerta viviente, no obstante, igual se podía seguir admirando su belleza, es bella sea como esté.
Hablé un poco distante pero no tenía otra opción quería demostrarle que había algo que solucionar, no sé si esa era la mejor actitud, pero ya no importa.

Entre al baño de mi habitación para buscar un analgésico de seguro que lo necesita, también tome un poco de agua en un vaso y la esperé sentada en la sala hasta que saliera. Cuando lo hizo, tuve que disimular una sonrisa, me encantaba ver cómo le había quedado mi pijama, la guardaré como una reliquia, ahí está impregnado su olor, con algo de alcohol seguramente, pero no importa.

Me desconcentre, es lo que provoca. Respire profundo y volví a mostrarme como al principio, brinde el medicamento y el agua, para que se sienta mejor.
No espere mucho para comenzar con el avasallamiento de preguntas, estaba nerviosa, pero no había vuelta atrás.
Después de varias respuestas sentí que fue mala idea. Yo me había atrevido a besarla primero, como puede ser posible, como puede ser posible que no lo recuerde.

Idiota

No se cómo llegamos al tema de su esposa, me dolía lo que se atrevió a hacer esa tipa, engañar a una mujer como Rebecca como les cabe en la cabeza, si fuera mi novia la cuidaría como algo preciado, me encargaría de hacerla feliz siempre. No pude callarme y terminé admitiendo sentimientos que llevaba guardado al igual que ella hizo conmigo. El momento que Rebecca unió sus labios con los míos sentí que el corazón podría salírseme en cualquier momento, sentir la textura de sus labios nuevamente, pero ahora haciéndolo conscientemente casi me hace explotar la cabeza, nunca lo esperé. Se separó asustada pensando que me enojaría, sin embargo, era lo que menos haría, ahora yo la tome y bese su boca que sabía un poco a alcohol con pasta dental.

¿Tomaría de la mía? Al diablo esos pensamientos.

Con mis latidos acelerados y sin control de mi cuerpo, profundice aquel beso, mi lengua se filtró emocionada a buscar la de mi jefa, si antes pensé que había tenido buenos besos, estos no tenían comparación, porque no era solo el beso, era un beso con la mujer que me atrae, por la cual siento cosas inexplicables, y por más que he tratado de ser distante no puedo, es imposible, cuando lo que deseo es poder estar con ella.

La temperatura de mi cuerpo subió en milésimas de segundos, ya no tenía raciocinio, simplemente quería sentir a Rebecca, necesitaba sus manos recorrer mi cuerpo, que me haga sentir lo que es hacer el amor con una mujer, que me demuestre que no hay nada más placentero que el encuentro con una fémina así de hermosa como ella.
Sentir mi espalda pegada a la pared fría contrastaba un poco mi calor corporal, pero cuando tuve su lengua en mi cuerpo se prendió todo en mí, nunca pensé ver a Rebecca arrodillaba mirando con esos ojos grises que se veían oscuros pidiendo permiso para seguir. Por Dios, si lo que quiero es ya tener su boca sobre mí... me calmo.

El amor no conoce de géneros (Historia Completa En Amazon)Where stories live. Discover now